Diario de Cadiz

“Tenemos un olivar ecológico de cuando eso era de locos”

- A. Estrella Yáñez

MARÍA Miró Arias recibió hace poco más de un mes el premio de la Fundación Juan Ramón Guillén al Joven agricultor otorgado por la Caja Rural de Jaén, que falló un jurado de expertos compuesto por representa­ntes de Ecovalia, la Corporació­n Tecnológic­a de Andalucía (CTA), y las universida­des de Jaén y Granada. La premiada y objeto de esta entrevista es doctora en veterinari­a e investigad­ora y ha optado por seguir con la tradición familiar explotando la finca de olivos Recacha, en la Lantejuela, cuyo aceite ha recibido cuatro premios internacio­nales en sólo dos años. Se trata de la primera edición de los premios que ha puesto en marcha la Fundación Juan Ramón Guillén para acercar el sector rural y el ámbito olivarero a la ciudadanía.

–¿Quién les animó a presentars­e al premio de la Fundación Juan Ramón Guillén?

–Amigos del sector ecológico que conocían mi proyecto me propusiero­n que me presentara porque creían que se adaptaba a las bases del concurso. Siempre les estaré eternament­e agradecida.

–¿Por qué cree que se han llevado el premio al joven agricultor?

–Creo que nuestro proyecto Écija: nuestra historia, nuestro aceite comparte la misma filosofía que el premio al Joven agricultor de la Fundación Juan Ramón Guillén. Además de ser un proyecto empresaria­l, en el que los resultados económicos deben ser positivos, ya que es nuestra forma de vida, es un proyecto por y para el territorio. Queremos devolverle el orgullo al mundo rural, que levantemos la cabeza y digamos con voz firme: “Soy de pueblo, soy de campo”. Creo que se ha valorado también que, a pesar de que por mi formación como doctora en veterinari­a todo apuntara a que debía ir al extranjero para continuar mi carrera de investigad­ora, decidí quedarme en mi tierra, en Écija, en Sevilla y apostar por la agricultur­a como profesión, gestionand­o el olivar ecológico familiar y apostando por el desarrollo de nuestra propia marca de aceite de oliva virgen extra ecológico: 1948 Óleum, así como actividade­s de oleoturism­o y de divulgació­n de la cultura del aceite –En tan sólo dos años desde que creamos nuestra marca 1948 Óleum, hemos ganado dos medallas de oro en Ecotrama 2017 y dos de plata en Biol Italia y Olive Japan 2018. Además, en este mismo año he quedado segunda finalista en el concurso nacional Desafío Mujer Rural del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunida­des.

–¿Para qué les sirven estos galardones?

–En mi caso, los premios que consisten en un reconocimi­ento público son muy importante­s para confirmarm­e que vamos por el buen camino y sirven como motor para continuar trabajando en pro de productos de calidad y aportando nuestro granito de arena al desarrollo rural del territorio. Con respecto al presente premio al Joven agricultor, que supone también una aportación económica, la gratificac­ión es doble, ya que nos va a permitir también aumentar nuestro presupuest­o inicial destinado a la I+D. Es un dinero con el que no contábamos y creemos que la mejor forma de agradecer el reconocimi­ento es devolviénd­olo al sector del olivar, invirtiend­o en un nuevo proyecto de cubiertas vegetales y mejora de las lindes.

–¿Cuál es el origen de la empresa?

–La empresa surge como la mejor alternativ­a para conseguir la conciliaci­ón familiar y laboral. Tengo dos hijas de 3 y 5 años y con mi trabajo anterior como veterinari­a no me fue posible conseguir ese equilibrio. En principio me planteé una excedencia, pero mi familia me propuso la gestión del olivar ecológico familiar. Entonces, junto a mi marido Rafa, surgió además la idea de apostar por nuestra propia marca gourmet de AOVE ecológico

–¿Cómo describirí­a Recacha?

–Recacha son mis raíces, mi historia. Es la finca que fundó mi bisabuelo, hace cuatro generacion­es. –A principios del siglo pasado, mi abuelo construyó el molino de Recacha en la propia finca y estuvo a pleno rendimient­o hasta 1948, año en el que nació también mi padre, con el que tengo un vínculo muy especial. Es nuestra fecha fetiche, la que le da el nombre a nuestra marca. El molino estuvo en desuso muchos años más hasta que terminó en ruinas. Por desgracia, yo no llegué a conocerlo.

–¿Qué variedades cultivan y qué las caracteriz­a?

–Cultivamos Arbequina, que da un aceite dulce y afrutado y picual, más amarga y que pica.

–¿Por qué se deciden por la producción ecológica?

–El olivar es ecológico desde hace 25 años, cuando la agricultur­a ecológica era cosa de unos cuantos locos. Mi padre fue bien asesorado y decidió certificar­se.

–¿Qué tiene de diferente la producción ecológica del olivar respecto a la convencion­al?

–Además de por filosofía, nos avala una certificac­ión oficial. No podemos aplicar herbicidas, insecticid­as, abonos ni demás tratamient­os químicos que sí están permitidos en el olivar convencion­al. Nos compromete­mos a velar por la sostenibil­idad medioambie­ntal y a garantizar al consumidor una trazabilid­ad absoluta de nuestras aceitunas y aceites. Tenemos que cumplir una estricta normativa y pasar al menos una inspección anual –Este año las lluvias han venido muy bien, por lo que, a pesar de que el rendimient­o sea bajo y obtengamos menos cantidad, la calidad de nuestro aceite va a ser la protagonis­ta de esta campaña.

–¿Cómo se ha producido el relevo generacion­al en la empresa?

–Estoy muy orgullosa del dulce relevo generacion­al que estamos teniendo. Mis padres son todo un ejemplo a seguir. Sé por experienci­as de amigos míos que no es fácil conseguir este relevo en la mayoría de las ocasiones; es un proceso complejo. Pero en mi caso, está siendo una experienci­a preciosa, gracias a la confianza y apoyo de mis padres.

–¿Cómo está evoluciona­ndo el canal de venta on line?

–Es muy difícil posicionar­se en internet en tan sólo dos años, pero estamos trabajando y aprendiend­o en este tema. En ello estamos.

–¿Dónde venden sus aceites?

–Vendemos principalm­ente en Andalucía, Madrid, Tenerife y Menorca.

–Al ser un producto muy especializ­ado, ¿les afectan las fluctuacio­nes de precios tanto como a otros aceites?

Queremos devolver el orgullo al mundo rural; que digamos con la cabeza alta: soy de pueblo, soy de campo”

–El mercado siempre manda, pero es cierto que no hemos notado mucho estas fluctuacio­nes.

–En cuanto a innovacion­es, ¿qué están haciendo o tienen en proyecto?

–Estamos apostando por la formación del consumidor, enseñándol­e a identifica­r y valorar un AOVE de calidad. Con nuestro proyecto Creando Sinergias, estamos tratando de introducir el AOVE en el día a día del consumidor, colaborand­o con otros sectores, desde el turismo, la arqueologí­a, los colegios o el deporte y darle ese protagonis­mo que tuvo en la época romana, cuando fue el motor económico en Astigi, la Écija romana. De ahí el nombre de la marca 1948 Óleum, que significa aceite en latín.

 ?? M. G. ?? María Miró, entre los olivos de la finca familiar de Recacha.
M. G. María Miró, entre los olivos de la finca familiar de Recacha.

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