River festeja, Boca se lamenta
Gallardo y deja dudas sobre la de Barros Schelotto
El día después de la final de la Copa Libertadores más polémica, y también la más popular de la historia, River aún festeja un triunfo épico, Boca lamenta la oportunidad perdida y, mientras Madrid se enorgullece de su capacidad organizativa, Argentina se pregunta por qué no fue capaz de retener el encuentro más importante del año.
La final, que tuvo más pasión y emoción que fútbol, coronó al Millonario y premió su capacidad de supervivencia. River igualó dos desventajas en la ida y remontó en la vuelta. Sobrevivió a la sanción que le dejó sin poder jugar en su campo, con el estadio repleto de sus aficionados, e incluso a la ausencia de su entrenador, Marcelo Gallardo, que con dos Copas Libertadores ya es el técnico más exitoso de la historia del club. Seguirá en el equipo.
En el entorno de Boca, se cuestiona, incluso, el plan de su entrenador, Guillermo Barros Schelotto, que entregó la iniciativa y no acertó con los cambios. Su futuro parece lejos de los xeneize, probablemente en Atlanta, porque el campeón de la MLS busca un recambio argentino que dé continuidad a la exitosa trayectoria del Tata Martino.
La final, además, deja dos protagonistas colombianos. La gloria se la lleva Juan Fernando Quintero, el artista que cambió la final con un zapatazo a la escuadra. El villano es Wilmar Barrios, su compañero en la selección colombia, que con una entrada innecesaria en el centro del campo, dejó a su equipo con un hombre menos en la prórroga y sin empuje para soportar las acometidas de River.
Hay otros ganadores. Lo es Madrid, por su capacidad para acoger a miles de argentinos, brindando la ciudad a unos aficionados que dejaron las mejores imágenes de la final, compartiendo juntos unas jornadas inolvidables. Sale reforzada también la marca España, como país capaz de organizar grandes eventos en tiempo récord. Se estima que la final deja 42 millones de euros en ingresos directos.
El dispositivo de seguridad fue un éxito. En colaboración con la policía argentina, permitió devolver en el mismo aeropuerto de Barajas a los violentos y envió pronto un mensaje rotundo; cualquier ultra podría ser enviado de vuelta nada más pisar España. Con 4.000 efectivos, Madrid fue una ciudad segura, sin necesidad de imponer molestos controles a los aficionados.
Es también ganador el Real Madrid, que ofreció una salida del laberinto a Argentina, a la Conmebol y hasta a la FIFA.