Francia defiende las medidas contra los disturbios a pesar del gasto
El plan anunciado por el presidente francés, Emmanuel Macron, para aplacar las protestas de los chalecos amarillos implicará un fuerte aumento del déficit público, admitió el Gobierno, que pese a todo defendió su viabilidad.
La comparecencia en la Asamblea Nacional del primer ministro francés, Edouard Philippe, sirvió para dejar clara la voluntad de aplicar cuanto antes ese conjunto de medidas que sirva para incrementar el poder adquisitivo de los ciudadanos, que podrían costar a las arcas públicas hasta 10.000 millones de euros.
“Esto tendrá forzosamente consecuencias en términos de déficit en 2019. Debemos velar para que el gasto público sea controlado”, indicó el jefe del Gobierno.
El incremento en cien euros mensuales del salario mínimo, la anulación del alza de las cotizaciones para las pensiones inferiores a 2.000 euros, la exención de impuestos y de cotizaciones para las horas extras y la petición a las empresas de una prima voluntaria de “fin de año” también exenta centraron el debate.
“Hay que acelerar la remuneración del trabajo. Hay que seguir transformando y reformando dispositivos que no funcionan. No creáis que los anuncios de ayer frenan la voluntad de reformar el país”, advirtió Philippe.
Macron los desgranó en un discurso televisado inusualmente breve que da un giro social a su mandato. Si no va acompañado de medidas de ahorro, según el diario Les Echos, podría hacer subir el déficit el año que viene hasta el 3,6% del PIB, ocho décimas más que el contemplado.
La Comisión Europea evaluará el próximo mes de mayo el impacto fiscal de las medidas anunciadas. “El impacto fiscal será evaluado en primavera cuando publiquemos nuestras previsiones económicas”, dijo el portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, en una rueda de prensa.
El plan para aplacar a los ‘chalecos amarillos’ acarrea un alza del déficit público