Por una educación ‘con corazón’
Educar con corazón es el nombre que recibe el taller de apoyo a las familias que el Ayuntamiento ha organizado para cuatro centros educativos de la ciudad: los colegios San Ignacio, Servando Camúñez y Casería de Ossio y su instituto de adscripción, el IES Botánico. La iniciativa se engloba dentro del programa Escuelas Espacios de Paz que un año más han renovado estos centros como centros promotores de convivencia positiva. Ayer se celebraba la última sesión de la iniciativa y sus participantes recibían los diplomas acreditativos.
“Gracias a las madres que han venido, sin ellas nada iría hacia delante”, comentaba el director del Botánico, Santiago Fandiño. “Que hayamos renovado el reconocimiento como centros promotores de convivencia positiva, con lo que también se reconoce el trabajo que en cada familia se realiza para construir todos juntos un futuro más bonito y mejor. A partir de hoy sé que cuento con el compromiso activo de las familias que han participado en este taller y que sois fundamentales”, apuntaba el director del colegio San Ignacio, José Luis Romero, que coordina el proyecto. Romero también destacaba la implicación de las AMPAs en la coordinación con los centros.
Con esta iniciativa se busca remarcar el sentido de comunidad de los centrosy las familias con los alumnos como epicentro de estas buenas prácticas. “Todo es mejorable, pero todos debemos plantearnos qué somos capaz de aportar cada uno”, defendía Romero.
Las alumnas del taller Educar con corazón recogieron de manos de la alcaldesa, Patricia Cavada, y el concejal de Educación, Antonio Rojas, el diploma que certifica su participación en esta propuesta. “Ha cambiado la educación y la manera de relacionarse. Antes todo se basaba en la vinculación maestro y alumnos, y ahora se fomenta esa colaboración porque los niños pasan parte de su vida, de su infancia y adolescencia dentro de los colegios e institutos”, exponía la regidora, que destacaba la importancia de esta educación en la paz que se promueve en los centros educativos, porque aporta “principios para un desarrollo dentro de la vida social”.
El taller se ha desarrollado en cinco sesiones, ayer la última con un cinefórum que permitía, según explicaba la monitora del taller, Milagrosa Ruiz, realizar tras la proyección una breve reflexión sobre los valores de la convivencia entre los menores y los padres. En los encuentros anteriores se habían tratado temas como los trastornos de la alimentación. “Se plantea cómo prevenirlos y cómo fomentar la autoestima de los menores”, detallaba Ruiz. La prevención del consumo de sustancias, especialmente tabaco y alcohol –“a las primeras que acceden”–, se trabaja desde la inteligencia emocional. “El buen uso de las nuevas tecnologías o el problema de la adicción a los videojuegos se maneja en otra se- sión”, continuaba la monitora. Los modelos parentales, con los estilos educativos de las familias, se atendieron en otra sesión, que tenía una segunda parte, sobre “disciplina positiva”. “Consiste en educar sin usar el castigo y el refuerzo”, contaba Milagrosa Ruiz.
Tanto el director del San Ignacio como la alcaldesa animaban a poner en práctica los conocimientos adquiridos. “Algunos padres no participan porque sus hijos no tienen problemas, pero es bueno saber para actuar si pasa. Os invito a que contéis lo que habéis tratado en el taller para implicar a otras familias”, animaba Cavada.