Prietas las filas tras Susana Díaz
La presidenta retoma su actividad orgánica e institucional para reactivar al PSOE andaluz ante las peticiones de integración de los afines a Pedro Sánchez, hasta ahora orillados
Diez días después de la hecatombe del 2 de diciembre, los socialistas andaluces empiezan a desperezarse. Noqueados tras la amarga victoria en los comicios, en el PSOE son ya conscientes de que van a perder el Gobierno de la Junta, pero no quieren que la sangría de poder institucional se extienda a las elecciones municipales del próximo 26 de mayo. La primera interesada en revertir la situación es la propia Susana Díaz, señalada por la dirección nacional del PSOE, aunque después el secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos, matizara su primera reacción al batacazo socialista.
Mientras Ábalos presionaba a Díaz desde Ferraz, la líder regional se enrocaba en San Vicente, la sede del PSOE andaluz. La presidenta en funciones aseguró entonces que quería intentar la investidura como candidata más votada. Recibió el respaldo de su Ejecutiva y, una semana después, fue el Comité Director el órgano que respaldó las intenciones de Díaz, aun sabiendo que no tiene posibilidades de armar una mayoría en el Parlamento que se constituirá el próximo 27 de diciembre.
Fue en esa reunión del Comité Director, el pasado lunes, donde la dirigente socialista reconoció, por primera vez en público, que su sitio en esta legislatura puede estar en el asiento de líder de la oposición. Desde ese escaño intentará rearmarse para intentar recuperar las llaves de San Telmo dentro de cuatro años, pero será mucho más sencillo recuperar aliento en las municipales de la próxima primavera. Y tras varios días con escasa agenda, Díaz recupera su papel institucional con la inauguración de un congreso en el Foro Iberoamericano de La Rábida, en la localidad onubense de Palos de la Frontera.
Al acto como presidenta de la Junta en funciones le seguirá una reunión orgánica en Cádiz, donde se verá con secretarios locales del PSOE. Se trata de una parada enmarcada dentro de una ruta que la llevará a todas las provincias, similar a la que llevó a cabo antes de la convocatoria de las elecciones del 2 de diciembre. El objetivo es reactivar a las bases de un partido golpeado por la alta abstención de los pasados comicios, pero también por las cicatrices que todavía quedan tras el proceso orgánico que enfrentó a Díaz con Pedro Sánchez y que dejó a la líder andaluza sin su vocación nacional.
Las heridas de ese conflicto se reabrieron tras el mal resultado del 2-D, pero Ferraz enterró el hacha hasta después del proceso de investidura, como mínimo. Puede que la tregua se extienda a la primavera por la cercanía de las elecciones, pero los afines a Pedro Sánchez levantaron la voz en el Comité Director del lunes para pedir autocrítica y, sobre todo, integración. Si el presidente del Gobierno dirige Ferraz sin oposición, la jefa del Ejecutivo andaluz hace lo propio en San Vicente. Ahora, encabezados por Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y Francisco Toscano, los sanchistas quieren tener voz en las decisiones que se tomen en el seno del PSOE andaluz.
Díaz se reúne en Cádiz con cuadros locales del PSOE de cara a las municipales de 2019