Teatro, un libro, un documental y un reconocimiento
Al acto celebrado ayer en la Bodega de Mora no le faltó ni un detalle. Además de las palabras de la presidenta de Afanas y de los discursos finales de las autoridades, en el transcurso de las casi dos horas que duró el evento se pudo disfrutar de una obra de teatro a cargo de los talleres de los centros ocupacionales; de la presentación del libro que necesitan atención y más de 900 profesionales. No hemos llegado por causalidad”, recordó.
También destacó la presidenta que Afanas es “una organización democrática volcada en el cumplimiento de su misión, que es dar felicidad y bienestar a nuestros niños, jóvenes y mayores”.
Otra de las características que quiso destacar la presidenta fue la “austeridad”, ya que como recordó en gran parte la asociación se nutre de fondos públicos. “Siempre se han desechado los personalismos y hemos tratado de llegar a acuerdos de consenso”, destacó.
Como no podía ser de otro modo, Antonia García dedicó unas emotivas palabras a los orígenes de Afanas, citando “a todos los que nos precedieron, con menos medios y una situación social muy complicada, que pusieron los cimientos de lo que somos hoy”.
También hubo elogios para las familias, la plantilla de trabajadores y para la sociedad portuense, “por su comprensión”. Ya de cara al futuro, García Morales se fijó como meta “seguir avanzando, porque pararse es retroceder”, destacando como uno de los principales objetivos “la integración laboral de nuestros jóvenes”.
Por su parte Manuel Jiménez Barrios destacó poco antes del comienzo del acto que “Afanas es un colectivo al que le tenemos especial cariño, porque representa lo más importante de la sociedad, que son las personas que trabajan para atender a quienes tienen más necesidades. Afanas, hoy es una gran empresa pero no ha perdido el alma y la sensibilidad para dedicarse a las personas con discapacidad. Para mí Luis Benvenuty ha sido el alma de Afanas, un hombre clarividente a la hora de hacer visible la discapacidad y sus mejoras”, afirmó.