Una ciudad que late a caja y bombo
El éxito de la Erizada Popular confirma las ganas de Carnaval que hay ya en Cádiz
No hay mejor prólogo para el Carnaval de Cádiz que el sabor a mar. Erizos de colores chillones, punzantes como las coplas que merecen la pena, adictivos como las pasiones más verdaderas, cuyos fluidos tiñeron ayer las calles viñeras con un caldo de cultivo que no deja de crecer cada año. Sin el acompañamiento habitual de sus primos los ostiones de la peña El Molino, que este año se celebrará el próximo domingo y que será la última organizada por la peña antes de ceder su gestión al Aula de Cultura, los erizos se adueñaron de muchos rincones de la ciudad, expandiéndose desde la Viña al Mercado, la plaza de la Catedral o el Campo del Sur, donde el gaditano, amante de estar en el plato y en la tajada, degustaba unos erizos mientras le decía hasta luego al Juan Sebastián Elcano.
Quizá la coincidencia con la partida del buque escuela restó algo de público a la Erizada, que este año llegaba a su trigesimonovena edición repartiendo 600 kilos de erizos regados con diez barriles de cerveza Cruzcampo y veinte cajas de manzanilla Delgado Zuleta.
En los arranques de la fiesta gastronómica por antonomasia del Carnaval de Cádiz, los contactos en las filas socialistas de los dirigentes de la Federación de Peñas y Entidades Caleteras traía hasta el tablao, entonces instalado frente a la peña, en Cristo de la Misericordia, conseguía que hasta los presidentes de la Junta de Andalucía se dejaran ver por sus instalaciones. Ahora eso ha cambiado también, como el hecho de que algunos de los pesos pesados del Concurso hayan dejado de actuar en la Erizada para reservar sus repertorios para el Falla. No obstante, las coplas tampoco faltaron ayer. Por el tablao situado en la calle de La Palma pasaron la antología ‘Los cleriguillos’; el coro juvenil de La Salle-Viña ‘En tus cinco esquinas’; la antología ‘La tropa del 3x4’, la chirigota de la localidad de Aguilar de la Frontera ‘Tirando del carro’, la antología de la chirigota del Sheriff y la chirigota de Juanlu Cascana ‘Un pasito a la izquierda y otro pasito a la derecha’, que fue la encargada de poner el broche de oro.
Desde la una, y hasta pasadas las cinco de la tarde, el ambiente fue muy bueno y se extendió a otras zonas de la ciudad, como las plazas de Mina, San Antonio o Candelaria. Hay muchas ganas de Carnaval y de fiesta. Hasta los erizos lo notan.