Diario de Cadiz

Penalti en el reino de las sospechas

Griezmann le da un nuevo triunfo al Atlético tras estimar el árbitro como punible una mano dudosa

- Iñaki Dufour (Efe)

1 At. Madrid 0 Levante

Un gol de penalti de Griezmann premió la ambición del Atlético de Madrid, que insistió e insistió hasta que doblegó al Levante, resistente una hora, pero derrotado después por el equipo rojiblanco, con la notable irrupción como titular de Vitolo y la parada decisiva de cada día de Oblak. La jugada decisiva, sin embargo, dejó muchas sospechas, pues el balón se dirigió a la mano de un defensa del Levante en el suelo sin que éste pudiera hacer nada por evitarlo y Prieto Iglesias, tras las protestas, decretó un penalti más que dudoso.

Tres puntos más para el Atlético, indispensa­bles a la caza del liderato del Barcelona, su quinta victoria consecutiv­a en el Wanda Metropolit­ano y su decimosext­a jornada sin derrota en un partido que le perteneció casi siempre, pero que sostuvo la emoción hasta el final, en el riesgo de un empate que habría sido injusto.

El Atlético jugó para ganar desde el primer minuto. No había margen para el error. Ninguno. Ni tampoco para los términos medios ni en la ambición ni en la voracidad. La tuvo el equipo rojiblanco desde el principio, capaz durante varios tramos de encerrar a su adversario y de someterlo a un ejercicio de resistenci­a agobiante.

Lo contuvo el Levante casi una hora, por momentos al filo del gol en contra, atrinchera­do en su área, achicando como podía cada centro sobre su portería, unas veces por milímetros, los que le faltaron a Griezmann un par de veces o los que separaron cada envío del remate, otras por la intervenci­ón de Oier, una de ellas al francés.

No hubo entonces tantas ocasiones como pretendía y proponía el Atlético, pero sí una insistenci­a casi apabullant­e para su rival, como lo fue Vitolo en muchas de sus arrancadas por la izquierda. Por primera vez en el once en esta Liga, ya con 19 jornadas disputadas, es un extra indudable para el fútbol ofensivo del equipo rojiblanco.

Él fue el motor que impulsó las mejores ocasiones en el primer tiempo. La segunda terminó en gol de Koke... hasta la irrupción del VAR. El árbitro concedió el tanto primero; luego, ante las protestas del Levante, visionó la jugada, rebobinó unos segundos y encontró que en el origen de la acción, la pérdida de la pelota en campo contrario, fue tal por un agarrón de Rodrigo sobre Bardhi.

Hasta que llegó el gol de Griezmann de penalti por una mano de Vukcevic cuando se lanzó al suelo para repeler un centro de Thomas. El árbitro lo pensó unos instantes y señaló la pena máxima. El 7 rojiblanco la transformó. Su sexto gol en cinco jornadas. La polémica está servida.

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BALLESTERO­S / EFE Griezmann se abraza a Simeone tras consumarse el triunfo del Atlético.

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