El sacrificio cero es cuestionado por las protectoras de animales de la localidad
Las cifras de Medio Ambiente no convencen a las asociaciones, que temen que haya más muertes
La sombra de la sospecha planea sobre el Ayuntamiento por su capacidad para mantener el sacrificio cero en la ciudad. Las distintas protectoras locales miran hacia la Concejalía de Medio Ambiente y piden explicaciones por lo que consideran el alto número de sacrificios registrados en el Servicio de Recogida de Animales.
Así lo han hecho público las protectoras Dog Planet, Gatos de El Puerto, La Mirada de Gaia y Uprocanes, quienes aseguran que “durante todo este tiempo las noticias sobre supuestos casos de sacrificios de animales en el servicio han sido alarmantes”. Y es que a los animalistas no les cuadran las cifras facilitadas por la Concejalía en relación a este asunto. “Desde 2015 el porcentaje de animales muertos por eutanasia o por muerte natural llega algunos años al 24,62%, sólo en gatos”, señalan.
Asimismo, desde estas asociaciones se teme que, debido a la falta de espacio en las instalaciones municipales, se confirmen los rumores en los que se asegura que serán sacrificados todos aquellos animales que no tengan sitio y ponen en duda el Protocolo para la Eutanasia propuesto este pasado agosto por Urbaser y Patas. Según este documento, existen algunos casos en los que el sacrificio es innegociable, como ocurre con “perros potencialmente peligrosos con conductas agresivas”, “individuos salvajes, que no se relacionan con los humanos” o “cualquier animal que en el momento de su recepción, al ser chequeado, tenga enfermedades graves como tumores, fracturas, leishmaniasis, problemas graves de piel...”. A pesar de ello, las asociaciones aseguran que hay casos en los que se han sacrificado camadas lactantes sanas.
En realidad el problema real que existe es el espacio. Para poder llegar a entender mejor la situación es necesario remontarse hasta el año 2015. En ese año el Partido Popular (PP), concretamente Marta Rodríguez (concejala de Medio Ambiente por aquel entonces), firmaba con Urbaser un contrato para la Gestión integral del paisaje urbano, parques y jardines, arbolado viario y espacios públicos. Este macrocontrato tenía entre sus objetivos “la conservación y mantenimiento de los espacios verdes y el arbolado urbano y el control de animales de compañía”, entre muchos otros. En este punto era donde entraba en juego el sacrificio cero, una medida casi pionera por aquel entonces, con la que se pretendía no tener que matar a ningún animal “salvo por razones humanitarias o sanitarias”.
El siguiente paso fue plantear la construcción de una nave en el polígono de las Salinas que incluiría este centro animal. Pero al final, los planes previstos se torcieron, ya que Levantemos (que en aquel momento se encontraba aún en el Gobierno) mostró su oposición ante el alto coste. Y en este punto, bajo la presión de mantener el compromiso, comienza un baile de posibles localizaciones que, hasta el momento, no se ha concretado en nada definitivo.