Diario de Cadiz

Los obstáculos de una cantera emergente

Autores y representa­ntes de las categorías de infantiles y juveniles analizan su estado de salud y piden más apoyo para garantizar el relevo generacion­al

- T. García / R. Burgal/ A. Ruiz CÁDIZ

La cantera tiene las cosas claras. Quizás no sea la de los años 90, pero tampoco la que languidecí­a hace seis o siete años. Es lo que opinan y lo que ven algunos de sus nombres destacados. Manuel Domínguez Portilla y Joshua Peinado, autores de cuartetos; Jesús Silva, autor de comparsa, Roberto Gómez, último autor de la cantera en dar el salto a adultos, y Pepe Fierro, autor y presidente de la Asociación de la Cantera, que han debatido en un encuentro organizado por Diario de Cádiz sobre la situación de los concursos infantil y juvenil, que abren hoy las actuacione­s de este COAC en el Teatro Falla.

Y está mejor, pero no se conforman. Las dificultad­es para encontrar niños que sepan tocar los instrument­os, la lucha para que haya entre el público el ambiente sano que sí tienen entre ellos y la implicació­n de nombres consagrado­s del concurso de adultos son algunos de los retos que quieren afrontar, con la idea de llevar además a los colegios, como una actividad extraescol­ar más, durante todo el año, una Escuela de Carnaval que se queda corta en su duración y que, sin embargo, no repercute en el número de agrupacion­es a concurso.

“Hace seis o siete años daba pena. Muchísimas personas sacaban una agrupación por tener la credencial y desde que se modificó se nota que la gente saca porque de verdad quiere hacerlo, no para conseguir nada”, apunta Portilla, que valora el trabajo hecho por Fierro al frente de la asociación, al igual que el resto de sus compañeros, que ahora saben a dónde acudir. “Cuando yo empecé no sabía si había reuniones y ahora hasta hemos hecho un grupo de amistad”, añade Peinado sobre el trabajo bien hecho hasta hoy. Eso sí, obstáculos siguen existiendo en el camino de la cantera.

¿TENEMOS NIÑOS?

Sí y no. Y no es que nuestros invitados hayan optado por una salida a la gallega, es que, según acuerdan en su totalidad, la afición al Carnaval entre los más pequeños existe “sin duda”, pero en pleno siglo XXI nos enfrentamo­s a niños y jóvenes con agendas más complicada­s que las de sus padres. Entre las tareas del colegio, “que cada vez llevan más tiempo”, y el fútbol, el inglés, el conservato­rio y el rosario de actividade­s extraescol­ares que llegan hasta la esgrima han desplazado la participac­ión de los pequeños gaditanos en agrupacion­es infantiles y juveniles, como señalan Portilla y Peinado.

Al fenómeno contemporá­neo de niños hiper ocupados se suma la complicaci­ón extra de “encontrar niños, sobre todo en infantiles, que toquen instrument­os”, lanza Silva y acuerdan el resto de autores. Una opinión avalada por los propios datos por modalidad que arroja el certamen en esta categoría donde el cuarteto (que no precisa de guitarra, caja y bombo) es el rey, y por goleada.

Fierro tampoco se olvida de destacar la incidencia provocada por la desaparici­ón de esos auténticos viveros de afición carnavaler­a que eran las peñas, “de las que salían en los noventa muchas de las agrupacion­es de la cantera y donde se contagiaba la afición entre adultos y niños”, y la reunión al completo también acuerda el efecto arrastre de la iniciativa El Carnaval en la Escuela (“800-900 niños por año”) que, si bien, se ideó como una plataforma para alimentar a la cantera, sus participan­tes no terminan de dar el salto a una agrupación infantil.

¿QUÉ PASA CON LOS AUTORES DE RENOMBRE?

“Paco Rosado, Ricardo Villa, Agüillo, Pedro Romero, Aurelio del Real... Todos estaban implicados allí”. Jesús Silva recuerda un tiempo, el suyo, en el que los primeras espadas de las letras y músicas carnavaler­as colaboraba­n con la cantera pero..., ¿cuándo se rompió el idilio?, ¿qué pasa ahora? Realmente, “no lo sabemos”, casi responde al unísono la reunión, que coincide en “el salto de calidad” que aportarían las firmas.

La exigencia, “cada vez mayor”, de la competició­n en adultos, dice Peinado, o la “complicaci­ón” de sacar “chistes” y “temáticas” adecuadas a los niños, un problema que, sin embargo, para Roberto Gómez se ha convertido en “una ventaja” en el salto de su chirigota a adultos (“pues hemos aprendidos a hacer repertorio­s sin posturas extremas políticas y con un humor más elegante”, opina) pueden ser la causa de este distanciam­iento entre los autores reconocido­s y la savia nueva.

“De todas formas –acierta Gómez– no se trata sólo de nombres, que desde luego dan calidad, sino sobre todo de implicació­n y de venir a aportar cosas y con el afán de crear algo sólido”.

¿QUÉ HACEMOS CON EL PÚBLICO?

Nuestros invitados coinciden en que el público es uno de los grandes problemas. Esto no es nuevo, ya que se viene remontando desde los años en los que estos dos concursos estaban en su mayor apogeo. Una cuestión de falta de educación que va desde los gritos que impiden empezar a cantar o los abucheos al resto de las agrupacion­es hasta hechos tan lamentable­s como las peleas entre padres. Un ejemplo lo cuenta Fierro a partir de su experienci­a como presidente del jurado de la cantera en 2017. “Es de vergüenza lo que me pasó. Tenía pensado hacer un pasacalles con todos los grupos por dentro del Falla y que fueran subiendo al escenario para que ahí se les dieran los premios, pero dos

padres se liaron a piñas”, cuenta el representa­nte de la cantera, por lo que esta idea se tuvo que anular.

Ante los problemas que se repiten año tras año, y que también se constatan en otras actividade­s como el deporte, incluso son los propios autores los que tienen que aleccionar a los familiares y las amistades para que no molesten. “A los padres de mis chiquillos les tengo totalmente prohibido que nos canten ‘campeones’. Al padre que yo vea cantando ‘campeones’, para el año que viene su niño no sale conmigo”, afirma Portilla con gracia.

Por estas cuestiones, los autores se muestran unánimes al reclamar que los padres se comporten cuando vayan al Gran Teatro Falla. “Deben sumar y no restar”, concluye Peinado, mientras que Silva aporta que “saber estar en el teatro es muy importante”.

EL SALTO A ADULTOS

Al final, las categorías de infantiles y juveniles forman parte de un proceso formativo que acaba desembocan­do en adultos. Esto, que es el fin, se acaba convirtien­do también en un problema en el sentido de cómo está en la actualidad el COAC, sobre todo si el proceso se hace de la mano de los propios autores. Y es que el certamen hace que los grupos no se mantengan si los éxitos no llegan pronto. “A los autores emergentes, los componente­s buenos se los van quitando las comparsas punteras y los autores se van quemando. Para que un grupo de juveniles se mantenga, el autor tiene que alcanzar la gloria en adultos en dos o tres años”, sentencia Portilla. A esto, se unen los problemas que tienen los compositor­es gaditanos más jóvenes para ser reconocido­s frente a las sorpresas que llegan desde fuera.

Un aspecto que sí se lleva con naturalida­d en la cantera es la integració­n de la mujer en los grupos como componente­s, algo que ha costado mucho más en adultos, que ahora va recogiendo muy poco a poco los frutos de lo cosechado, aunque siguen faltando autoras. De hecho, los propios invitados no saben dar una explicació­n de por qué se corta la cadena que se inicia en infantiles –en donde la presencia de niñas es mucho más pareja que en el resto de categorías– y acaba en la categoría máxima. Aun así, por ejemplo, sí resalta Portilla que “en juveniles es más difícil ver a una niña cuartetera”, algo que en infantiles sí sucede.

También es muy relevante la inf luencia que las modas de la categoría de adultos tienen en los niños. Por ejemplo, un dato preocupant­e es que en infantiles no se presenta ninguna chirigota de Cádiz capital. De hecho, Roberto Gómez reconoce que “los años 90 fueron la época dorada de la chirigota”, mientras que “ahora lo que gusta es la comparsa”. A esto, suma Portilla que “el humor en infantiles y juveniles es el doble de difícil porque hay temas que no puedes tocar”.

LAS PROPUESTAS

Dentro de la emergencia de los últimos años, la Asociación de la Cantera del Carnaval de Cádiz maneja varias ideas para asegurar el relevo generacion­al. Así, uno de los proyectos que plantea este colectivo es integrar la fiesta como una actividad extraescol­ar más dentro de los colegios, una cuestión que ya tiene apalabrada con el propio Ayuntamien­to. Para ello, el ejemplo es la buena labor que realiza el colegio Amor de Dios, que ya lleva una década aportando un coro a la fiesta. Para que esta idea funcione, la pretensión de Pepe Fierro es “intentar ayudar con autores, antifaces de oro y directores” para el montaje de las agrupacion­es.

Junto a esto, el otro proyecto que va a poner en marcha es solicitar a los autores de adultos que apadrinen a agrupacion­es de la cantera. Con el apoyo de la concejala de Fiestas, María Romay, cuenta Fierro que la intención es intentar que los autores de renombre “se comprometa­n a tener un rato de tiempo para acompañarl­os, ir al local de ensayo, aportarles una letra o una música y que vayan respaldado­s por los autores del Carnaval”. Un compromiso que servirá para “ver quién ama la cantera”.

A partir de ahí, surgen entre los participan­tes otras propuestas como, por ejemplo, que agrupacion­es juveniles aporten instrument­istas a las infantiles para que puedan salir, que parte de los premios se puedan guardar para afrontar el gasto que supone sacar una agrupación al año siguiente o que los artesanos aporten gratuitame­nte forillos o elementos escénicos que guardan de agrupacion­es adultas. “Los artesanose deberían involucrar un poco más con la cantera para que los chiquillos se vean arropados en el escenario”, pide Portilla.

 ?? JULIO GONZÁLEZ ?? Un momento del encuentro con representa­ntes de la cantera en la hemeroteca de Diario de Cádiz.
JULIO GONZÁLEZ Un momento del encuentro con representa­ntes de la cantera en la hemeroteca de Diario de Cádiz.
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JULIO GONZÁLEZ

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