Con Francia se abre la vía
España debe ganar al combinado galo si quiere continuar con opciones de pelear por las medallas
La selección española de balonmano inicia hoy (18:00) el durísimo camino que le aguarda hacia las semifinales del Mundial con el “más difícil todavía”, un duelo con la todopoderosa Francia, en el que a los Hispanos sólo les vale la victoria si no quieren despedirse prácticamente de cualquier opción de pelear por las medallas.
“Está claro que no es el camino ideal, pero está en nuestras manos”, reconoció el pivote Julen Aginagalde, consciente de que España no sólo deberá ganar mañana a Francia, sino también a Brasil y Alemania en las dos próximas jornadas para acceder con seguridad a las semifinales.
Peligrosa situación a la que el equipo español se ha visto abocado tras la derrota (19-23) cosechada ante Croacia, la única encajada hasta ahora en el torneo y que condenó a los Hispanos a iniciar la segunda fase con dos puntos menos que los balcánicos y uno menos que franceses y alemanes.
Un todo o nada del que la selección española ya logró salir airosa el pasado año, cuando tuvo que derrotar de manera consecutiva a Alemania y Francia para alcanzar la final del Europeo de Croacia, en el que los de Jordi Ribera se proclamaron campeones continentales.
“Ya hemos pasado por esto en otras ocasiones y lo hemos sacado adelante como equipo”, señaló Ribera, que como el resto de integrantes de la selección reivindicó las opciones del equipo español, que, pese a lo temible de los rivales, sigue dependiendo de sí mismo. “Evidentemente, aún tenemos opciones de entrar en las semifinales”, recalcó el preparador, que reconoció que España deberá mostrar su mejor versión posible si quiere doblegar en el espectacular Lanxess Area de Colonia al conjunto galo.
Así sucedió el pasado año en las semifinales del Europeo de Croacia, donde los Hispanos se impusieron a Francia por 27-23, un marcador que no reflejó la enorme superioridad del equipo español durante los sesenta minutos de juego.
El precedente deberá servir de referencia a la selección ante un equipo francés que ha dejado alguna que otra duda durante la primera fase del torneo, tras empatar (25-25) con Alemania y sufrir para ganar a Rusia (23-22) y Brasil (24-22)
Inmerso en pleno relevo generacional, el combinado francés no parece en estos momentos el inabordable equipo que sumó dos oros olímpicos, dos títulos mundiales y un Europeo entre los años 2008 y 2012.
Pese al inmenso talento y poderío físico que atesora la nueva generación de internacionales galos, todos ellos destinados a convertirse en grandes estrellas mundiales, todavía carece del poder de intimidación del que gozaban los Thierry Omeyer, Bertrand Gille o Daniel Narcisse.
Este hecho ha precipitado el regreso al equipo de Nikola Karabatic, la gran referencia del balonmano mundial, que se incorporó al equipo ya iniciada la competición, en sustitución del lesionado Sorhaindo, tras recuperarse en un tiempo récord de la operación a la que se sometió a mediados de octubre.
Un Karabatic que, pese a que no estaba previsto que jugase hasta la segunda fase, ya disputó 26 minutos en el encuentro que enfrentó el pasado jueves a Francia con Rusia y en los que el jugador del París Saint-Germain no logró anotar, tras fallar los tres lanzamientos que intentó.