Grecia cerrará los campamentos y encerrará a los refugiados en CIE
● El Gobierno enviará a 20.000 migrantes de las islas al continente y aumentará las deportaciones
El Gobierno griego anunció ayer el cierre de los actuales campos de refugiados en las islas del Egeo y su sustitución paulatina por Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), donde se encerrará a todos los migrantes que lleguen a sus costas, incluidos los niños.
Más de tres años después de que la declaración conjunta entre la UE y Turquía bloqueara la salida de las islas del Egeo a solicitantes de asilo y migrantes, Grecia tiene un plan para acabar con la saturación y el hacinamiento de sus campos. El Gobierno pretende que le sirva también para “enviar a los que piensan venir el mensaje de que no podrán circular incontrolados por el país”, según destacó ayer el portavoz del Ejecutivo, Stelios Petsas.
Se prevé que los CIE sean construidos en el transcurso de los próximos seis meses en las islas de Lesbos, Quíos, Samos, Leros y Kos, las principales vías de entrada desde Turquía a la UE.
Los centros de Lesbos, Samos y
Quíos tendrán una capacidad para al menos 5.000 personas cada uno, el de Kos para 2.000 y el de Leros, para 1.000. Ahora mismo estas islas acogen a casi 38.000 personas aunque sólo tienen capacidad para 5.800.
Las islas más saturadas son Lesbos y Samos. En la primera se encuentra Moria, el mayor centro de acogida de refugiados de la UE, bien conocido por sus condiciones de insalubridad y hacinamiento. Aunque está diseñado para 3.000 personas, allí malviven 15.000.
Desde hace años, ONG, políticos y vecinos pedían el cierre de este centro, símbolo sin duda de la mala gestión de la crisis migratoria por parte de la UE.
El Gobierno anunció también que, hasta comienzos del próximo año, serán trasladados 20.000 migrantes de estas islas al continente. Un cuarto de ellos serán alojados en hoteles y los demás en centros de acogida.
En los CIE no se permitirá la libre entrada y salida de los solicitantes de asilo como hasta ahora, sino que se les encerrará hasta que se les otorgue el estatus de refugiado o sean deportados. Además, se limitará aún más la presencia de ONG y voluntarios.
Otra de las prioridades del Gobierno conservador es el aumento de las devoluciones a Turquía y países de origen. Por eso prometió deportar a 10.000 personas hasta finales de 2020 para descongestionar las islas y el sistema de asilo.