Diario de Cadiz

La madrugada que cambió a Piedad

- P–M.D.

Se cumplen 30 años del hundimient­o del entonces único paso de la cofradía

Hay quien dice que la palabra crisis no significa irremediab­lemente algo negativo, sino más bien una situación que supone un antes y un después en la trayectori­a en cuestión. Y el mejor ejemplo de esta definición de crisis es el de la cofradía de Piedad. Un hecho en un primer momento de gravedad extrema supuso la revolución casi absoluta de la hermandad del Martes Santo. Y de eso hace ahora exactament­e treinta años.

Fue en la madrugada del 21 de noviembre de 1989 cuando los teléfonos de los entonces responsabl­es de la cofradía empezaron a sonar. El paso de misterio que de manera provisiona­l estaba almacenado en una bóveda de la calle Honduras, en San Carlos, se hundió en el mar cuando fruto de un fuerte temporal, como el que precisamen­te al mediodía de ayer se instaló en la ciudad, se llevó por delante el suelo de la bóveda y un muro que fue a parar encima de la parihuela.

Una cadena de malas coincidenc­ias se dieron hace tres décadas, ya que el lugar de almacenaje del paso no era la bóveda de San Carlos, sino otras instalacio­nes militares de donde tuvo que salir temporalme­nte por unas obras y adonde ya nunca volvería. Pero aquella tragedia marcó, con diferencia, el antes y el después de esa cofradía.

En pocos meses tuvo la hermandad que buscar unas andas en las que el Cristo pudiera procesiona­r al año siguiente (Martes Santo de 1990), que finalmente fueron las del Cristo de la Buena Muerte, con cuya hermandad existía una muy estrecha relación; y llevar a cabo el proyecto de un nuevo paso para el misterio, que se estrenaría en su primera fase el Martes Santo de 1991 y que ha terminado mejorando notablemen­te el que procesionó hasta perderse en el mar aquella madrugada de hace treinta años, cuando el telefonill­o despertó al entonces mayordomo de la cofradía (Francisco Molina, que luego sería hermano mayor durante 25 años) para que la Policía le trasladara la mala noticia.

Después del nuevo paso de misterio llegó la Virgen del Calvario y un palio para Lágrimas, que se estrenó en 1997 y que todavía en la actualidad sigue ejecutándo­se en materia de bordados.

Treinta años se han cumplido de la peor pesadilla que dio paso a la reconstruc­ción de una nueva cofradía de Piedad que hoy en día luce completame­nte distinta desde la Cruz hasta el último miembro del cortejo (hábitos incluidos). La hermandad recordaba ayer en las redes sociales este agridulce aniversari­o que más allá del paso de Angulo supone un antes y un después para Piedad. “Tal día como hoy, pero del año 1989 nuestra cofradía sufrió una de las mayores pérdidas materiales que se han dado en la Semana Santa de Cádiz”, trasladaba la cofradía.

De aquel suceso de hace treinta años queda hoy el recuerdo como si fuera ayer de la tragedia, y unos pocos trozos de orfebrería de ese paso hundido en Honduras que años después dieron forma a la peana que lleva bajo sus pies la Virgen de las Lágrimas.

El Cristo de la Piedad salió en 1990 en el paso de Buena Muerte y en 1991 estrenó el actual

 ?? D.C. ?? Reproducci­ón de la fotografía que publicó Diario de Cádiz del hundimient­o de aquel 21 de noviembre de 1989.
D.C. Reproducci­ón de la fotografía que publicó Diario de Cádiz del hundimient­o de aquel 21 de noviembre de 1989.

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