Netanyahu tacha de “golpe de Estado” su triple imputación por corrupción
● El fiscal general del Estado procesa al primer ministro israelí por fraude, cohecho y abuso de confianza en una medida sin precedentes ● El líder del Likud ataca a la Justicia y se niega a dimitir
El primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, aseguró ayer que seguirá dirigiendo Israel pese a ser acusado de corrupción por el fiscal general. Sin embargo, el bloqueo político y la amenaza de elecciones hacen tambalearse la permanencia de quien ha llegado a ser el político más longevo en el cargo.
“Estamos presenciando un intento de un golpe de Estado contra el primer ministro con falsas acusaciones y en el proceso de investigaciones sucias y trágicas”, cargó el jefe del Ejecutivo contra la decisión del fiscal general del Estado, Avijai Mandelblit, anunciada ayer.
Mandelblit consideró que hay pruebas suficientes para acusar formalmente a Netanyahu de fraude, abuso de confianza –“que se refiere a la prohibición a los servidores públicos de explotar su cargo y su estatus para obtener favores personales”, dijo– y cohecho, el delito más grave.
Netanyahu reaccionó cuestionando el sistema legal y pidió “investigar a los investigadores”: formar un comité externo de asesoramiento para investigar a los fiscales que autorizan las investigaciones, pidió. Decenas de simpatizantes, que pedían su permanencia, y de detractores, que le exigían dimitir, se reunieron a las puertas de su residencia, cuando el primer ministro se dirigió a los israelíes en un discurso televisado y criticó la fecha elegida del anuncio, en el “momento más sensible políticamente desde el establecimiento del Estado”.
La acusación de Netanyahu es histórica al ser el primer jefe de Ejecutivo en ser acusado judicialmente mientras ostenta el cargo. Beny Gantz, líder de la coalición centrista Azul y Blanco, que se opuso a formalizar un Gobierno de unidad dirigido por Netanyahu por estas sombras legales, aseguró que éste ya no tiene “mandato público y moral para tomar decisiones trascendentales” para Israel.
“Debido a la preocupación, tanto si se demuestra que los cargos son verdaderos o no, Netanyahu tomará decisiones en su propio interés personal y para su supervivencia política, y no para el interés nacional”, valoró.
Será determinante la reacción de la formación de Netanyahu, en su mayoría fiel a su líder durante todo el proceso de investigación de más de dos años y una primera acusación en febrero, antes de las elecciones de abril, que quedó pendiente de la vista que el fiscal convocó en octubre para escuchar los argumentos de la defensa.
El 46% de los israelíes consideraban ayer que Netanyahu debía dimitir al ser acusado frente al 30% que creen que debe continuar en el cargo, según una encuesta del Canal 12.
En principio, Netanyahu tendrá que dejar las carteras ministeriales que retiene –Diáspora, Bienestar y Sanidad–, pero puede mantenerse en el cargo de primer ministro hasta que haya una sentencia firme. Además, puede solicitar la inmunidad al Parlamento, aunque la fragmentada Cámara no le ha dado el apoyo necesario hasta ahora para crear gobierno.
De nuevo, la posición del ultraderechista laico Avigdor Lieberman volvería a ser determinante para darle una mayoría y recibir la inmunidad. “Un día difícil para el Estado de Israel (...) tenemos que darle al primer ministro la oportunidad de demostrar su inocencia en la corte”, adelantó ayer.
El fiscal general envió ayer una copia del documento de acusación al presidente del Parlamento, Yuli Edelstein, a fin de permitir este trámite, que debe deliberar un comité creado especialmente para ello, y que no se puede establecer sin un nuevo Gobierno, por lo que se prevé que la situación judicial definitiva de Netanyahu se demore hasta mediados del año que viene.
“No dejaré que la mentira corra para siempre. Seguiré liderando el país por ley, tal como está escrito, continuaré liderando el país de manera responsable, con dedicación, con preocupación por la seguridad y el futuro de todos nosotros”, concluyó el apodado rey Bibi en una jornada para la historia en Israel.