Diario de Cadiz

‘In memoriam’ en la Caletilla de Rota

El Ayuntamien­to inmortaliz­a en mármol el legado de “uno de nuestros gaditanos más ilustres” con una placa descubiert­a en la fachada de la casa en la que nació

- Pedro Ingelmo

Me contó en una ocasión José Pedro Pérez-Llorca que durante la acampada de la Puerta del Sol del 15-M, en el año 2011, no pudo evitar la curiosidad de acercarse por allí. “Claro, de los que allí estaban no me conocía nadie, por lo que podía pasear anónimamen­te”. ¿Qué era lo que quería ver ese hombre “melancólic­o”, como fue ayer definido, determinan­te en la historia de este país, protagonis­ta del gran vuelco político hacia la España moderna, como uno de los ponentes de la Constituci­ón de 1978? “En la Puerta del Sol vi bullir ideas contradict­orias, ansias de cambio, ingenuidad y utopía”, me dijo, no sin cierta admiración a los que estaban convencido­s de ser protagonis­tas de una primavera española.

“Quién te iba a decir, alcalde, que serías tú el que pondría la placa de mi marido”, le comentó en privado Carmen Zamora, la viuda de José Pedro Pérez-Llorca, a José María González, un alcalde de Cádiz nacido de aquel movimiento de la Puerta del Sol. Lo dijo Carmen con cariño porque, ya ante los micrófonos, una vez que se descubrió la placa que recuerda el lugar en el que nació y se crió nuestro padre de la Constituci­ón, en Alameda Apodaca, número 12 —“el fin del mundo”, como él definía esos confines de Cádiz frente al mar— se deshizo en elogios con José María González, Kichi, e incluso se atrevió con un ¡viva el alcalde!

En esos viajes de ida y vuelta que da la historia, no era menor el del propio alcalde, que hizo el ritual de tirar de la cuerda que descubría el mármol de homenaje al lado de Javier Solana, varias veces ministro con Felipe González, también secretario general de la OTAN, y ahora ocupando el puesto que ocupó Pérez-Llorca al frente del Patronato del Museo del Prado. Si el alcalde hubiera estado en la plaza del Sol el día que Pérez Llorca acudió de incógnito, es posible que no supiera quién era ese hombre de caminar calmado y con mirada científica. Ocho años después no sólo sabe quién es, sino que mantuviero­n una fugaz amistad, la suficiente para que el alcalde recordara “que estamos aquí para cumplir la palabra dada al hombre que quisimos y al que añoramos y que aquí se recuerda para la eternidad”. Una epopeya generacion­al.

La figura de Pérez-Llorca se alarga más allá de partidismo­s o ideologías. También porque él abandonó muy pronto la política y, pese a ello, dejó una huella endeleble. Socialista­s de la vieja guardia como Rafael Román tenían que estar ahí. Pero también el futuro del PP, como es Ana Mestre, y del PSOE, como Irene García y José Pacheco, entre otras autoridade­s. Y, por supuesto, no hay contradicc­ión en que un gobierno local de Podemos e Izquierda Unida envíe a cuatro de sus concejales a homenajear a un hombre que miraba la política como miraba al mar, divisando el horizonte.

El acto de descubrimi­ento de la placa, no una más de las muchas placas que hay en Cádiz, sino la placa de uno de “nuestros gaditanos más ilustres”, en palabras del alcalde, tuvo algo de lo poético que ofrece una tibia lluvia. En el portal de la casa familiar, la mujer de Pérez-Llorca se mostraba entera y emocionada, con su hijo Pedro al lado, y acordándos­e de su hija, “que no ha podido venir por estar en Miami... y mis queridísim­os nietos”.

Fue una ceremonia casi íntima, breve y sentida. Entre las personas que rodeaban la casa señorial estaba el periodista Fernando Santiago, amigo de José Pedro PérezLlorc­a, y uno de los responsabl­es intelectua­les del homenaje. Siendo él tan mordaz con las placas que pueblan las fachadas del Cádiz antiguo, reconoce que él hubiera preferido que se hubiese puesto el nombre del constituci­onalista a la plaza, pero eso generaba cierto debate, ya que Pérez-Llorca hubiera preferido que la plaza recuperara el nombre de su infancia, Caletilla de Rota. En sus últimos años, tras conocer mucho mundo y sentirse durante décadas un gaditano en Madrid, “un tío de provincias”, como él decía, Pérez-Llorca frecuentó cada vez más Cádiz. Volvía a recorrer los paseos de su niñez, de su casa en la Alameda al colegio San Felipe, el antiguo, el de intramuros, y vuelta al lugar en el que nació, a la Alameda Apodaca, o, como él insistía, Caletilla de Rota. “Yo nací en Caletilla de Rota”. Allí tiene su placa.

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REPORTAJE GRÁFICO: JULIO GONZÁLEZ / FITO CARRETO / JESÚS MARÍN Javier Solana, Carmen Zamora y José María González aplauden tras el descubrimi­ento de la placa.
 ??  ?? sucedió a Pérez Llorca, antes de firmar en el Libro de Honor de Diario de Cádiz, junto al presidente del Grupo Joly, José Joly. LA FIRMA DEL SUCESOR. El veterano político socialista Javier Solana, actual presidente del Patronato del Museo del Prado, puesto en el que
sucedió a Pérez Llorca, antes de firmar en el Libro de Honor de Diario de Cádiz, junto al presidente del Grupo Joly, José Joly. LA FIRMA DEL SUCESOR. El veterano político socialista Javier Solana, actual presidente del Patronato del Museo del Prado, puesto en el que
 ??  ?? Afectuoso saludo entre el alcalde y la viuda de José Pedro Pérez-Llorca.
Afectuoso saludo entre el alcalde y la viuda de José Pedro Pérez-Llorca.

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