Un hombre se autodegüella tras atacar a la Policía en Sevilla
● El fallecido, de 43 años, había salido de un hospital horas antes de intentar agredir con un cuchillo a los agentes en una comisaría
La camarera del café Sanzara salió a barrer la terraza a medianoche del jueves. Llevaba unos minutos en esa tarea cuando oyó unos gritos procedentes de la comisaría de la Policía Nacional en el distrito Nervión, que está justo enfrente, en un edificio moderno y anodino que en nada se parece al del bar. “¡¡Tira eso, suéltalo!!”, oyó gritar a uno de los policías en la puerta de las dependencias. Levantó la vista y vio a un hombre que describió como moreno y de una edad entre los 30 y los 35 años, que llevaba algo en la mano y que hacía un gesto raro, como de levantar al codo hasta la altura del cuello.
“Hizo así, como si fuera a clavarse algo. Yo no podía ver desde aquí lo que llevaba, claro, está lejos y es de noche, pero me pareció que el gesto era parecido al de apuñalarse”, decía la mujer poco después del suceso. El objeto que llevaba el sospechoso y que ella no pudo precisar era un cuchillo de porcelana de color blanco, y el gesto que hizo era, efectivamente, el de autodegollarse. Unos instantes antes, el hombre había atacado a los policías con el cuchillo y éstos le habían instado a que tirara el arma blanca. Con el cuello sangrando, siguió intentado atacar a los agentes y éstos no tuvieron más remedio que hacer uso de la única arma que llevaban encima, su pistola reglamentaria.
En un primer examen forense, todo apunta a que la herida del cuello resultó mortal de necesidad y no fueron los disparos los que le causaron la muerte, si bien este extremo tendrá que ser certificado una vez que se le practique la autopsia al cadáver y se obtengan los primeros resultados, algo que ocurrirá en las próximas horas.
Las cámaras de videovigilancia de la comisaría y de un garaje próximo terminarán de aportar la luz necesaria sobre este suceso. Una vez decretado el levantamiento del cadáver, los dos agentes involucrados en el tiroteo declararon como investigados en el juzgado de Instrucción 7 de Sevilla, que se encontraba de guardia de incidencias. La Policía retiró las armas reglamentarias, que también serán sometidas a un análisis pericial.
El fallecido es un hombre de 43 años, de origen hispano pero con pasaporte de Estados Unidos. Todo apunta a que es una persona que padece algún trastorno o desequilibrio mental o que había consumido algún fármaco que le provocó esa reacción violenta. Al levantarle la camisa, el forense pudo comprobar que en el torso todavía llevaba pegados algunos electrodos adhesivos, señal de que había salido pocas horas antes de un hospital. Así lo había comentado también él mismo durante la tarde previa al incidente.
Sobre las siete de la tarde del jueves, el hombre entró en El Corte Inglés de Nervión y se dirigió al departamento de Deportes para comprar una bicicleta. Al personal que le atendió le explicó que se encontraba muy agitado y que había salido poco antes de un hospital privado de Sevilla, que no quiso precisar. Los trabajadores avisaron a los servicios médicos del establecimiento, que lo atendieron y calmaron. Al pedirle que se subiera la ropa también le vieron los electrodos. El hombre se relajó y pudo comprar la bicicleta. El personal de seguridad lo acompañó hasta la puerta y se marchó. Poco después, el hombre regresó al centro comercial para pedir que le apretaran el manillar, pues lo encontraba flojo. En todo momento se mostró educado, hablaba en un español con acento centroamericano o caribeño y no provocó ningún altercado.
Unas horas más tarde, el hombre entró en la comisaría de Nervión diciendo que le habían rociado con un espray de gases. Se encontraba de nuevo muy nervioso . Los policías que estaban en la oficina le preguntaron si quería asistencia sanitaria y él la rechazó.
Los agentes hicieron uso de sus armas reglamentarias y abatieron al individuo