Diario de Cadiz

Un hombre se autodegüel­la tras atacar a la Policía en Sevilla

● El fallecido, de 43 años, había salido de un hospital horas antes de intentar agredir con un cuchillo a los agentes en una comisaría

- Fernando Pérez Ávila SEVILLA

La camarera del café Sanzara salió a barrer la terraza a medianoche del jueves. Llevaba unos minutos en esa tarea cuando oyó unos gritos procedente­s de la comisaría de la Policía Nacional en el distrito Nervión, que está justo enfrente, en un edificio moderno y anodino que en nada se parece al del bar. “¡¡Tira eso, suéltalo!!”, oyó gritar a uno de los policías en la puerta de las dependenci­as. Levantó la vista y vio a un hombre que describió como moreno y de una edad entre los 30 y los 35 años, que llevaba algo en la mano y que hacía un gesto raro, como de levantar al codo hasta la altura del cuello.

“Hizo así, como si fuera a clavarse algo. Yo no podía ver desde aquí lo que llevaba, claro, está lejos y es de noche, pero me pareció que el gesto era parecido al de apuñalarse”, decía la mujer poco después del suceso. El objeto que llevaba el sospechoso y que ella no pudo precisar era un cuchillo de porcelana de color blanco, y el gesto que hizo era, efectivame­nte, el de autodegoll­arse. Unos instantes antes, el hombre había atacado a los policías con el cuchillo y éstos le habían instado a que tirara el arma blanca. Con el cuello sangrando, siguió intentado atacar a los agentes y éstos no tuvieron más remedio que hacer uso de la única arma que llevaban encima, su pistola reglamenta­ria.

En un primer examen forense, todo apunta a que la herida del cuello resultó mortal de necesidad y no fueron los disparos los que le causaron la muerte, si bien este extremo tendrá que ser certificad­o una vez que se le practique la autopsia al cadáver y se obtengan los primeros resultados, algo que ocurrirá en las próximas horas.

Las cámaras de videovigil­ancia de la comisaría y de un garaje próximo terminarán de aportar la luz necesaria sobre este suceso. Una vez decretado el levantamie­nto del cadáver, los dos agentes involucrad­os en el tiroteo declararon como investigad­os en el juzgado de Instrucció­n 7 de Sevilla, que se encontraba de guardia de incidencia­s. La Policía retiró las armas reglamenta­rias, que también serán sometidas a un análisis pericial.

El fallecido es un hombre de 43 años, de origen hispano pero con pasaporte de Estados Unidos. Todo apunta a que es una persona que padece algún trastorno o desequilib­rio mental o que había consumido algún fármaco que le provocó esa reacción violenta. Al levantarle la camisa, el forense pudo comprobar que en el torso todavía llevaba pegados algunos electrodos adhesivos, señal de que había salido pocas horas antes de un hospital. Así lo había comentado también él mismo durante la tarde previa al incidente.

Sobre las siete de la tarde del jueves, el hombre entró en El Corte Inglés de Nervión y se dirigió al departamen­to de Deportes para comprar una bicicleta. Al personal que le atendió le explicó que se encontraba muy agitado y que había salido poco antes de un hospital privado de Sevilla, que no quiso precisar. Los trabajador­es avisaron a los servicios médicos del establecim­iento, que lo atendieron y calmaron. Al pedirle que se subiera la ropa también le vieron los electrodos. El hombre se relajó y pudo comprar la bicicleta. El personal de seguridad lo acompañó hasta la puerta y se marchó. Poco después, el hombre regresó al centro comercial para pedir que le apretaran el manillar, pues lo encontraba flojo. En todo momento se mostró educado, hablaba en un español con acento centroamer­icano o caribeño y no provocó ningún altercado.

Unas horas más tarde, el hombre entró en la comisaría de Nervión diciendo que le habían rociado con un espray de gases. Se encontraba de nuevo muy nervioso . Los policías que estaban en la oficina le preguntaro­n si quería asistencia sanitaria y él la rechazó.

Los agentes hicieron uso de sus armas reglamenta­rias y abatieron al individuo

 ?? ANTONIO PIZARRO ?? Agentes de la Policía junto al cadáver del hombre abatido.
ANTONIO PIZARRO Agentes de la Policía junto al cadáver del hombre abatido.

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