Un estudio describe los riesgos para la salud que provoca el cambio de horario
Una investigación llevada a cabo por expertos en el estudio de los ritmos biológicos en los seres vivos, en la que participa el catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada Darío Acuña Castroviejo, ha advertido de que el cambio horario en otoño y primavera supone un importante factor de riesgo para la salud y bienestar, porque altera el sistema circadiano que regula y mantiene bajo control las funciones del organismo. Este trabajo, publicado en European Journal of Internal Medicine, supone un consenso internacional sobre el impacto del cambio horario en el organismo humano y ha sido realizado para valorar cómo el cambio horario de otoño y primavera afecta negativamente a la salud humana.
No en vano, hace unos meses el profesor Acuña fue invitado como experto al Workshop ‘Discontinuing seasonal changes of time in the EU’, organizado por el Parlamento Europeo en Bruselas, donde presentó los datos que demuestran los efectos negativos del cambio horario. “Hay que tener en cuenta que el estado de salud se basa en el mantenimiento de cambios rítmicos de todas las funciones de nuestro organismo, desde el ritmo sueño/vigilia al ritmo de neurotransmisores cerebrales (y por tanto, de nuestras funciones cognitivas); ritmos hormonales; ritmos metabólicos; ritmos de división celular, y ritmos en los mecanismos de reparación celular, tanto a nivel cerebral como a nivel de órganos periféricos”, explica.