NO ES LO MISMO
CÓMO se nota la ausencia de Andreu Buenafuente. Aunque parezca una obviedad, hay que decirlo. Sin él,
Late Motiv en #0 no es lo mismo. Ni parecido. Todo está en su sitio. Los ingredientes son de muy buena calidad. Pero no es posible una paella sin arroz ni una horchata sin chufa. Ya me ocurrió durante el mes de julio, cuando en la última semana de la temporada los colaboradores se turnaron en la presentación. Aquello era otra cosa. Ahora, durante la quincena en la que Andreu se ha ido a pasar su particular ITV en los talleres, le echamos de menos.
Lo que contribuye a valorar todavía más su trabajo. A ser conscientes de lo afortunados que fuimos cuando hace cuatro años nos tocó la lotería de irnos a la cama bien reídos de lunes a jueves. Es verdad que antes, desde 2011, estuvo acompañándonos en la televisión en abierto con ‘En el aire’. Pero no era lo mismo. Andreu era Andreu; El Terrat, El Terrat; y muchos de sus colaboradores, como Bob Pop, ya estaban presentes aquellas madrugadas.
Pero Late Motiv está muy encima de En el aire. Ojo, que a lo mejor sus hacedores se lo pasaban igual de bien preparándolo, y para el equipo suponía idéntica terapia sacar adelante cada entrega en riguroso directo en las madrugadas. Pero (y ya van muchos peros) Late Motiv es muy superior. Puro virtuosismo.
Del programa de #0 podrían salir unos spin off de mucho éxito. La resistencia, con un presupuesto mucho menor, logra más relevancia social. Y otro tanto ocurre desde hace 300 entregas con
Ilustres ignorantes de Javier Coronas, o podría pasar si Berto Romero, ausente esta temporada, protagonizase su propio show.
En cualquier caso, Late Motiv quedará para la historia como el mejor programa de entretenimiento en la televisión en España desde aquel añorado Lo + plus con Fernando Schwartz y Máximo Pradera.