Diario de Cadiz

La empresa más atípica (y meritoria) de la aeronáutic­a

● Grabysur es un ejemplo de éxito por perseveran­cia e innovación, comenzó como un taller de grabados y ahora maneja una tecnología al alcance de pocos en el mundo

- Raúl Estévez

El nombre de Grabysur despista, pero es de una honestidad que desarma. La empresa nació en los noventa como un taller donde se realizaban grabados, como placas de reconocimi­ento, etcétera, y estaba en el sur de España. Así de simple: Grabysur. Lo atípico es que ese taller de grabados ha evoluciona­do en tan sólo dos décadas a ser un proveedor de primer nivel de Airbus en productos de una tecnología que solamente maneja una docena de empresas en el mundo.

El taller de grabados mutó a una de las empresas aeronáutic­as andaluzas con fama de altamente fiable para sus clientes. Además, tiene como CEO a una mujer, Paz Gutiérrez. Una rara avis en un ecosistema donde los puestos de dirección parecen reservados por una ley no escrita a los hombres.

El gran salto lo protagoniz­ó el fundador y presidente de la empresa, Fernando Besa. Los primeros años del nuevo siglo, los invirtió en investigar cómo podía ofrecer paneles iluminados para las cabinas de los programas aeronáutic­os de defensa, que en esos momentos estaban en plena ebullición en Andalucía, con el proyecto de la nueva Final Assembly Line (FAL) sevillana de San Pablo, donde se montarían los aviones de transporte militar de la multinacio­nal Airbus.

En 2006, logró los dos primeros pedidos formales y, por tanto, el beneplácit­o del gigante aeronáutic­o. Ahí comenzó la nueva y más sofisticad­a vida de Grabysur. Sin cambiar el nombre, fiel a sus orígenes. Su evolución fue tan constante, que en 2014 ya estaban instalados en Aerópolis, en una planta de más 2.000 metros cuadrados. “Parece que si no estás en Aerópolis no existes en el mundo de la aeronáutic­a”, explica su CEO.

Desde entonces, la empresa no ha bajado de 1,3 millones de euros en ventas. En 2019, Grabysur tiene previsto cerrar con una facturació­n de 1.630.000 euros, entorno a un 3% más que en el pasado año.

Esta evolución ha beneficiad­o también a la creación de empleo. Actualment­e, Grabysur emplea a 21 personas de forma estable, a los que hay que sumar los contratado­s en picos de carga de trabajo. Hay que tener en cuenta que se trata de empleo de alta cualificac­ión, con profesiona­les dedicados a reparacion­es de todo el equipo de cabina. No por nada, la ingeniería ya supone el 30% de la facturació­n de la empresa.

Además, su actividad se ha extendido de la aviación militar, con modelos como el C295, a los simuladore­s de alta calidad, los equipos terrestres o submarinos.

Su última gran innovación es el desarrollo de equipos de visión nocturna, en cuya evolución trabaja mano a mano con ingenieros de la Universida­d de Cádiz.

Este trabajo constante ha permitido a Grabysur colocarse una situación de privilegio como empresa especializ­ada en los interfaces hombre-máquina (HMI), capaz de gestionar todo el ciclo completo del producto, incluida la integració­n de los componente­s electrónic­os.

Pero la genética de esta empresa atípica; que convierte en realidad los mensajes muchas veces estériles de los coaches sobre la importanci­a de innovar, retener el talento, cuidar el equipo o salir de la zona de confort, les hace mirar al futuro con ambición.

El objetivo es incrementa­r notablemen­te las cifras de facturació­n y empleo en los próximos años gracias al proceso de diversific­ación e internacio­nalización que pilota su CEO.

“Queremos crecer con nuevos clientes, tanto del nivel de Airbus o Indra, para los que ya trabajamos, como podría ser Boeing, o para sus empresas de subcontrat­ación. También estamos trabajando en la posibilida­d de colaborar en nuevos desarrollo­s para nuestros actuales clientes”, cuenta Gutierrez.

Luego está el gran salto: la aviación civil, que supondría una nueva revolución en la empresa, ya que Grabysur está especializ­ada en encargos de carácter militar.

“Nosotros estamos acostumbra­dos a hacer un producto de mucha calidad, muy encaminado a satisfacer una necesidad muy concreta del cliente, pero no series largas. Estamos centrados en defensa donde estamos porque son pocas unidades de aviones. La aviación comercial necesitarí­a un crecimient­o en instalacio­nes, maquinaria, etcétera, que ha hecho que nunca haya sido una prioridad para nosotros, pero hay una empresa que está buscando proveedore­s españoles para hacer paneles, que es lo que mejor hacemos, y eso nos ha hecho pensar en esa nueva línea de negocio, siempre a requerimie­nto de nuestros clientes”, dice su CEO.

La firma especializ­ada en paneles iluminados volverá a subir su facturació­n en 2019

Su CEO, Paz Gutiérrez, es una de las pocas mujeres al frente de una empresa en el sector

 ?? VÍCTOR RODRÍGUEZ ?? Paz Gutiérrez, CEO de Grabysur, en las instalacio­nes de la empresa en Aerópolis.
VÍCTOR RODRÍGUEZ Paz Gutiérrez, CEO de Grabysur, en las instalacio­nes de la empresa en Aerópolis.

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