Cocinar emociones
Amazon estrena el martes 17 ‘Una vida, una cena’, donde el chef Quique Dacosta toca la fibra sensible de seis famosos
Dice el chef Joan Roca que su mayor reto no es dar de comer a sus comensales, sino “crear emociones”. Sin lugar a dudas ese es el plano al que aspiran la mayoría de los grandes cocineros del mundo. No es solo cuestión de colmar el apetito y satisfacer el paladar de los clientes, los grandes talentos de la cocina contemporánea se han impuesto un más difícil todavía que consiste en tocar la fibra a través de sus creaciones gastronómicas. Esta “cocina
multisensorial”, que diría Ferrán Adriá, no es cuestión baladí. Trasladar a lugares del pasado y poner los pelos como escarpias mediante sabores y olores alojados en la memoria es el reto que se ha impuesto Quique Dacosta en la nueva aventura audiovisual de Amazon Prime Video.
Una vida, una cena llega a la plataforma de streaming el 17 de diciembre con la intención dar una vuelta de tuerca a dos géneros televisivos de sobra testados en la pequeña pantalla como son el culinario y el de la entrevista. “Esta propuesta innovadora nos acerca a los personajes famosos de una forma que no se había hecho antes y complementa el portfolio de la compañía y está muy en línea de nuestro objetivo de convertir Amazon en el servicio de televisión preferido por nuestros abonados para ver cualquier tipo de programa”, comenta Ricardo Carbonero, director de adquisición de contenido de la filial española.
“Se pueden cocinar las emociones y Quique ha viajado por cuatro momentos especiales de estos seis invitados”, explica Laura Fernández, directora corporativa de Mediapro Studios, productora del formato. “En este programa utilizo la cocina y los alimentos como herramientas para transmitir fragmentos de la vida de personas que admiro con el propósito de sorprenderles e invitarles a abrirse”, subraya Dacosta. Y esa intención se vio cumplida, tal y como ratificó Nawja Nimri, que manifestó haberse sentido en un “callejón sin salida” frente al chef. “Jamás he contado nada que tenga que ver con mi vida privada, es más, siempre frivolizo sobre ello, y me preocupa cómo habré salido parada”, reflexiona la protagonista de La casa de papel y Vis a vis.
No todos los platos fueron del gusto de Andrés Velencoso, otro de los convidados, aunque entendió en el transcurso de la grabación que esa era precisamente la intención de Dacosta. No se trataba de colmar el paladar, sino evocar momentos como el que generó la mezcla dulce y amarga de Lucía, un plato dedicado a la madre del modelo y actor catalán, fallecida en 2002. “Llega a trasladarnos a momentos de nuestras vidas que son muy fuertes”, añadió en este sentido el torero José María Manzanares. “Eso te vuelve más vulnerable,
Entre los sorprendidos por Dacosta están Alejandro Sanz, Najwa Nimri o José Mari Manzanares
pero en mi caso también me permitió hablar de mi profesión, cómo la siento, algo que no siempre puedo expresar como me gustaría”, matizó el diestro.
Debe ser cierto aquello de que alrededor de los fogones y rodeado de aromas, esencias y viandas nos dejamos llevar. La cocina nos anima a comunicar y a compartir, y en ese sentido son varios los experimentos televisivos que han encontrado en los fogones un lugar desde el que escudriñar las intimidades de personajes reconocidos y reconocibles. Pocos son los famosos, incluidos los políticos y un presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que se han resistido a dejar su impronta culinaria mientras departían amigablemente con Bertín Osborne en En la tuya o en la mía (La 1 ) primero, y en Mi casa es la tuya (Telecinco) después.
Además, Shine Iberia, responsables en España de la franquicia de Masterchef, marinó la pasada primavera Cená con mamá (La 1), una versión del finlandés Illallinen äidille, en la que el invitado desgrana anécdotas de su faceta más íntima mientras compra en el mercado y cocina en su casa un menú en homenaje a su madre bajo la atenta mirada de Cayetana Guillén Cuervo.
El boom gastronómico en televisión parece no haber tocado techo, ni parece que vaya a pasar de moda, por ahora, en esa tendencia cíclica inherente de la pequeña pantalla. Renovarse o morir, arriesgarse con nuevas fórmulas como Una vida, una cena en un catálogo plagado de series, películas y documentales donde será cuestión de tiempo comprobar si logra saciar el gusto exquisito de un público global.