Polémica en Francia por no contabilizar los fallecidos en casas y residencias de ancianos
Francia no contabiliza hasta ahora a las personas fallecidas como consecuencia del coronavirus en residencias de ancianos o en sus domicilios, lo que ha levantado dudas sobre la transparencia del Ejecutivo, que promete incluirlas “en los próximos días”.
“Daremos esas cifras en cuanto tengamos datos consolidados”, se defendió ayer la portavoz gubernamental, Sibeth Ndiaye, en la cadena LCI.
De momento, los 1.331 fallecidos que el país anotaba el miércoles no incluyen los brotes registrados en residencias de ancianos o casas particulares, lo que se debe, según el Ministerio de Sanidad, a “dificultades técnicas”. “Estos establecimientos no están vinculados al sistema que permite vincular las cifras con las de los hospitales, lo que complica la recolección de información”, justifican fuentes de la Agencia de Salud de la región parisina al diario Libération.
Los tres sindicatos que agrupan al personal médico de esas instituciones remitieron una carta al Ministerio de Sanidad el pasado fin de semana alertando de que, en la situación actual, podían superarse los 100.000 muertos en estos centros.
Las autoridades sanitarias admiten que en las dos últimas semanas ha habido un nivel de mortalidad más alto de lo habitual en los mayores de 65 años.
“Nos resulta difícil saber por qué el Gobierno ha elegido no indexar esas muertes en sus cifras”, dijo Romain Gizolme, responsable de la Asociación de Directores al Servicio de Personas Mayores. Gizolme explica que, posiblemente por falta de test, cuando se presentan casos sospechosos en las residencias de ancianos el Ejecutivo sólo realiza dos o tres pruebas para verificar la presencia del virus. Una vez comprobado, asumen que todos los casos sintomáticos del centro son coronavirus.