Sánchez lanza un aviso a la UE: no puede “volver a fallar a la ciudadanía”
El presidente confía en que las “lecciones del pasado” hagan recapacitar a los países del Norte y se desbloquee el plan de emergencia
Ni los miles de muertos, ni las economías en caída libre, ni el desempleo que se dispara sin control, ni siquiera la certeza de que esta crisis está haciendo temblar al planeta sin distinción de fronteras. Nada parece un argumento suficiente para cerrar la sangrante brecha que separa al norte y al sur de Europa. De momento al menos... Los países de la Unión Europea (UE) volvieron a acreditar la noche del jueves su incapacidad para articular respuestas comunes, esta vez ante una crisis de dimensiones desconocidas, y todas las señales de alarma se han encendido.
A la espera de que dentro de dos semanas, en la nueva reunión a la que se emplazaron, los líderes europeos respondan a la presión de Italia y España para adoptar medidas más ambiciosas, el presidente del Gobierno, Pedro Sanchez, advirtió ayer de que el futuro del proyecto europeo está “en juego”. Por ello, apuntó, es más apremiante, si cabe, elegir entre una Unión Europea “coordinada y solidaria” o la vía del “individualismo”. Se refería, sin citarlos, a países con las cuentas más saneadas y menos golpeados hasta el momento por la epidemia, como Holanda, Alemania
y Austria, en especial el primero, que en la reunión virtual –calificada por fuentes del Gobierno como “bronca”– encabezó con peculiar encono el rechazo norteño al plan de choque excepcional que pedían Italia y España.
“Afrontamos la peor crisis de nuestra generación”, insistió Sánchez antes de subrayar que la UE
“debe aprender las lecciones del pasado y no volver a fallar a la ciudadanía”. De lo contrario, dijo, se corre el riesgo de que el proyecto europeo, comprometido en su credibilidad desde la crisis financiera de 2008, vea brotar nuevas y dañinas “semillas de desafección” entre la ciudadanía que se sienta desamparada.
Sánchez reclamó la emisión de los llamados coronabonos, un instrumento financiero para mutualizar la deuda y dar un crucial respiro a las arcas públicas de los países más asfixiados ante esta emergencia, así como un “plan de reconstrucción que refuerce los mecanismos del estado europeo de bienestar” y desarrolle “mecanismos de resiliencia” a través de la “políticas de cohesión y agrícolas y mejorando también la efectividad de las políticas industriales”.
En defensa de España alzó la voz el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, quien no dudó en calificar el discurso del ministro holandés de Finanzas, Wopke Hoekstra, como “repugnante”, “totalmente inaceptable” y “contrario al espíritu de la UE”. Escandalizado ante la suficiencia del político holandés, que afeó a España e Italia que no aprovechasen los años de repunte económico para ahorrar y poder así afrontar ahora en mejores condiciones la colosal crisis, Costa lamentó la “absoluta inconsciencia” de esa postura.
“Si no entendemos que ante un desafío común debemos responder en común, entonces no hemos entendido nada sobre la UE”, declaró el líder portugués tras la reunión virtual. “Es el momento de que comprendamos que España no creó el virus, ni lo importó. El virus, lamentablemente, nos afecta a todos por igual”, insistió Costa. “No hay ningún país de la UE que esté preparado para enfrentar situaciones con esta dimensión”, se reafirmó ayer el líder portugués sin perder un ápice de contundencia: “O hace lo que tiene que hacer, o la Unión Europea acabará”.
Antonio Costa Primer ministro portugués
La postura de Holanda es repugnante. O la UE hace lo que tiene que hacer o su proyecto se acabará”