AMADEO TOMISLAV
EL historiador griego Epaminondas recoge en su libro el caso del jugador italiano Amadeo Tomislav que estaba emparentado con la nobleza. Era nieto del rey Amadeo de Saboya y pariente de Tomislav II de Croacia. Hombre aventurero y heredero de una gran fortuna, llegó a Cádiz acompañado de su mayordomo filipino Mabangio.
Se interesó por el fútbol y decidió ofrecerse para jugar como portero. Así que se presentó con una carta de recomendación de su tío el Rey de España. En ese momento el Cádiz solo disponía de dos porteros y pensaron que tener uno por si acaso no vendría mal.
Como portero no destacó. Paraba muy poco. Por suerte Amadeo no tuvo que jugar ningún partido. Entre los otros dos porteros sacaron adelante la temporada. Los jugadores le preguntaban a menudo por los reyes del mundo que conocía, sobre todo por si conocía a los Reyes Magos, y Amadeo nunca perdía la compostura ni el buen humor.
Pronto se aficionó a la noche gaditana y dejó de acudir a muchos entrenamientos. En su lugar iba Mabangio que, considerando indiscreto decir que Amadeo estaba con resaca, comunicaba que estaba en casa con el virus de la corona, algo más elegante dada su sangre noble. Esos días en los que Amadeo no entrenaba lo hacía Mabangio que sí que tenía dotes para el fútbol pero que no quiso que le hicieran ficha. Su trabajo era de mayordomo de alguien que en ese momento era jugador del equipo, pero a la temporada siguiente, ya sin Amadeo en el club, sí que jugó. Pero esa es otra historia que también incluye Epaminondas en su libro.
Los días de enfermedad con el virus de la corona de Amadeo cada vez eran más frecuentes, y le rescindieron el contrato. Como dijo el presidente del Cádiz: “estoy hasta la coronilla del virus de la corona”.