El puente Carranza sigue pendiente de obras por valor de 15 millones
El parón provocado por la pandemia ha impedido iniciar los trabajos previstos por Carreteras
La Dirección General de Carreteras no tiene fecha para el inicio de las obras de mejora previstas en el puente Carranza. Un estudio realizado hace dos años por el entonces Ministerio de Fomento detectó diversas anomalías en el histórico puente de la Bahía de Cádiz, situándolo entre las infraestructuras viarias de todo el país que necesitan obras de un cierto calado de forma urgente.
A finales del pasado año se cuantificaron estos trabajos en una cifra más que notable: 15 millones de euros, a la espera de contar con el proyecto definitivo y la adjudicación del mismo. Sin embargo, la declaración del estado de alarma en el mes de marzo por la pandemia del coronavirus y la ausencia de unos presupuestos para el conjunto del Estado, que han obligado a prorrogar los últimos vigentes, han afectado de lleno al calendario para el desarrollo de estos trabajos.
Fuentes de Carreteras, a través de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, se limitaron a indicar que por el momento no había ninguna novedad en esta actuación. A pesar de que el informe de Fomento el puente José León de Carranza (el Gobierno no ha planteado hasta el momento su cambio de nombra, aunque para el Ayuntamiento de Cádiz el que fuera alcalde de la ciudad durante el franquismo sí está afectado por la Ley de la Memoria Histórica), evidenciaba el agotamiento de su estructura, en ningún momento ha estado en una situación de peligro para sus usuarios.
En todo caso, los meses del estado de alarma han reducido la circulación por el puente hasta el mínimo, lo que le ha ahorrado un evidente desgaste durante este tiempo.
Desde hace casi cinco años, en septiembre de 2015, comparte las entradas y salidas de la ciudad con el puente de la Constitución de 1812, lo que también ha ayudado a mejorar su mantenimiento.
Lo cierto es que las actuaciones previstas dan continuidad a las que periódicamente se han realizado en esta infraestructura. Solo entre 2009 y 2017 el Ministerio de
Fomento invirtió cerca de 4 millones de euros en la rehabilitación de las grandes pilas centrales, en la rehabilitación de la estructura metálica del tramo levadizo y en la maquinaria que permite su elevación, una de las más modernas que había en el mercado cuando se construyó el puente de 1969.
Las obras que están pendiente de ejecutar se reconocen que son “muy complejas”. Por lo pronto se prevé actuar sobre el resto de los pilares que se ven afectados en su exterior, ya que estructuralmente no están “comprometidos”. Se destaca el daño que sufren estos pilares por el efecto de los vientos y del mar, muy por encima del que soportan otros puentes en el país. También se cambiarán todos los pretiles. El diseño será similar al instalado en el puente de la Constitución de 1812, más seguro y más moderno. A la vez se reforzará la iluminación y la señalización y se mejorará la plataforma, especialmente desgasta en el tramo móvil.
Durante 2018 cruzaron el puente Carranza, en ambas direcciones, 3.982.515 vehículos, casi tres veces menos de las épocas de mayor intensidad. La entrada en servicio del puente de la Constitución de 1812 ha rebajado de forma notable la densidad de uso del viejo Carranza que llegó a soportar algunos días el paso de hasta 40.000 coches, muy por encima del límite que se consideraba adecuado. El año pasado ya el tercer acceso a Cádiz había superado al abierto en 1969.
En su larga historia, el puente José León de Carranza ha sufrido numerosos daños en su estructura producto de la conf lictividad en el sector laboral de la Bahía. Ha sido el lugar preferido para las concentraciones especialmente del sector naval. Durante años se ha cortado el puente, se han destrozado favorables y pretiles y se ha dañado el asfalto al quemarlo.
Hace ya unos años se llegó incluso a destrozar la cabina central del puente, desde el que se controla la apertura de los brazos móviles.
Con la apertura del puente de la Constitución algunos colectivos han planteado la apertura de un carril destinado únicamente al paso de las bicicletas, un proyecto que curiosamente ya estaba en el diseño original.
Se instalará un mecanismo lateral de seguridad idéntico al segundo puente