Los peligros del rezo compartido
Un informe ve paralelismos entre Santa Sofía y la Mezquita de Córdoba
La práctica del culto doble en un espacio como el de la MezquitaCatedral de Córdoba resulta compleja cuando no imposible, dada la presencia de iconografía cristiana en todo el espacio y de enterramientos en el recinto. Al igual que ocurre en Santa Sofía (Turquía), supondría un peligro inasumible desde el punto de vista de la conservación del monumento.
Es una de las conclusiones del informe De Estambul a Córdoba: los símbolos del islamismo, elaborado por el profesor de Relaciones Internacionales de la UNED Carlos Echeverría, que se publica después de que Santa Sofía haya vuelto a ser mezquita en Estambul con las representaciones cristianas tapadas.
La conversión de Santa Sofía en mezquita ha supuesto “un paso más en el marco del imparable proceso de islamización del Estado
republicano y laico que heredó Erdogan en 2002”, destaca Echeverría en su informe, quien recuerda que se trata de “un proceso que ya avanzó el propio Erdogan en 1997: “Los fieles son nuestros soldados; las mezquitas, nuestros cuarteles; sus cúpulas, nuestros cascos; y los minaretes, las bayonetas del Cielo”.
Echeverría advierte también del peligro de “ver puro nacionalismo en la actitud y, sobre todo, en las decisiones de Erdogan” y señala la necesidad de tener en cuenta el evidente islamismo que mueve al líder turco”.
Además de avisar de la preocupación de las reacciones “tibias y comprensivas” al cambio de estatus de Santa Sofía, el autor asegura en su informe que “aún es más inquietante la conexión establecida por Erdogan con sus aspiraciones globales en términos islamo-islamistas y por la conexión entre este caso y el de la Mezquita-Catedral de Córdoba”.
El documento recoge también que “el peligro de asimilar Santa Sofía y la Mezquita-Catedral de Córdoba está ya aquí y es necesario desarrollar la capacidad de atajar tan peligrosa deriva antes de que llegue aún más lejos”.
Echeverría alerta de que “en España hay quienes se prestan inconscientemente a hacerles el juego a los que intentan transformar el estatuto de la Mezquita-Catedral”, en alusión al “Sultán Bin Mohamed Al Qasimi, emir de Sharjah, uno de los siete de los Emiratos Árabes Unidos”, que declara “la Mezquita de Córdoba [debe ser] para los musulmanes, porque es propiedad de ellos y los cristianos no la merecen”.
Entre sus conclusiones, el documento recoge que la transformación de Santa Sofía en mezquita supone un “torpedo al equilibrio interreligioso, no sólo de cara al catolicismo sino, sobre todo, en relación con la Iglesia ortodoxa, tanto en Grecia y Turquía, como, en menor medida, en Rusia”. Un contexto, continúa Echeverría, “en el que la Mezquita-Catedral de Córdoba se sitúa de nuevo en el centro de un debate artificial promovido por quienes quieren lograr recuperarlo para el islam”.