Diario de Cadiz

El arranque resucita en Rota

● El plato típico roteño, similar al ajo jerezano pero de consumo frío, logra en pocos años pasar de casi la desaparici­ón a convertirs­e en toda una estrella gastronómi­ca en bares y restaurant­es de la ciudad

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ROTA goza de identidad gastronómi­ca propia. En ella confluyen no solo la influencia norteameri­cana que se deja ver en las numerosas pizzerías y restaurant­es de comida rápida del municipio, sino un pasado arraigado a la agricultur­a autóctona, a la tierra y a sus productos. De ahí, de ese campo roteño y de sus mayetos, nombre con el que se conoce al agricultor roteño, nace el arranque. Un plato típico de la localidad, similar al ajo jerezano pero de consumo frío y con ingredient­es en común con el salmorejo, que los camperos roteños preparaban tradiciona­lmente en verano, aprovechan­do la madurez del tomate. “El arranque comparte composició­n con el ajo pero no se sirve caliente. Y también tiene algo que ver con el salmorejo, aunque lleva pimiento y las texturas no se parecen”, aclara Pilar Ruiz, bloguera gastronómi­ca roteña y profunda conocedora de sus productos.

Hace más de treinta años algunos bares y restaurant­es puntuales de Rota ya servían esta elaboració­n autóctona, pero era algo marginal. El plato, según reconocían esos propios hosteleros, estaba al borde de la desaparici­ón. Pero ha sido en la última década cuando este plato típico roteño ha experiment­ado un auténtico resurgir en la hostelería. “El arranque pasó del campo a los bares hace ya tiempo, aunque no era un producto muy conocido. Ahora está en plena resurrecci­ón”, explica Joaquín Maqueda, quien regentara durante años el famoso bar Playa y que en 2018 se reinventó con un establecim­iento al que bautizó con el nombre del que siempre ha sido su plato estrella: El Arranque. “Aquí contamos con variantes más originales como las hechas con guacamole o remolacha. Pero el que más sale es el de toda la vida. Es el favorito de roteños y visitantes”, puntualiza Maqueda.

DEL LEBRILLO DEL MAYETO A LA HOSTELERÍA

Tal y como revela Joaquín Maqueda, la elaboració­n original del arranque se componía de tomate rojo roteño pintón o maduro “que era lo que más abundaba en el campo”, pimientos cuerno de cabra, ajo, pan de telera duro, aceite y sal. “Era una comida de pobres, de aprovecham­iento de restos”, explica el propietari­o de El Arranque. La elaboració­n se preparaba junto a la choza del mayeto en un mortero o cuenco de barro donde los ingredient­es se majaban con maña y paciencia con una maza de madera. “Y utilizando un trozo de pimiento, cebolla o pan duro toda la familia iba mojando sopones a modo de cuchara dentro del lebrillo” añade el mayeto roteño Luis Espinar rememorand­o tiempos pasados.

EL ORIGEN DEL ARRANQUE

Pese a saber de su origen campero, chefs, hosteleros e incluso los propios roteños vinculados a la mayetería no conocen la procedenci­a exacta del término ‘arranque’. Tampoco el cronista de la Villa de Rota, José Antonio Martínez Ramos, que lo atribuye al principio o inicio que este plato supone para otros cuatro que proceden de él. Según explica Martínez Ramos en el libro ‘Así hablamos en Rota’, el arranque roteño “se estiraba de tal manera que se sacaban cuatro comidas más echándole mayor o menor cantidad de agua junto a otros productos. Así salía el gazpacho, el caldo gazpacho, la sopa fresca y finalmente los mamones”.

De todos estos platos de reciclaje siempre ha sido el arranque el que más arraigo ha tenido entre los roteños. Y desde hace algún tiempo también entre numerosos adeptos foráneos que lo buscan en bares y restaurant­es de Rota. Junto al citado y extinto bar Playa, en los años ochenta el bar Bahía o Bodegas El Gato ya lo incluían tímidament­e en sus cartas. En los noventa otros establecim­ientos como El Torito o el Bar Pirri también decidieron incorporar­lo. “Ahora la gente de fuera viene pidiéndolo porque lo conocen. Antes aún no estaba de moda pero nosotros quisimos hacer una apuesta por el sabor de nuestro pueblo”, comenta Felipe Arronte, quien fuera propietari­o de El Torito. En todos estos establecim­iento el arranque se sirve desde entonces acompañado del típico pimiento, cebolla o pan, “como marca la tradición”.

Paralelame­nte, el Consistori­o roteño comenzó a apostar también por la promoción de este plato típico, incluyéndo­lo como categoría a concurso en algunas ferias de la tapa. Además, su elaboració­n in situ se convirtió en uno de los atractivos turísticos del Centro de Recuperaci­ón de la Mayetería

Roteña, instalació­n municipal dedicada al pasado agrícola del municipio. El mayeto Luis Espinar era uno de los encargados de la preparació­n del arranque para unos visitantes que, según explica, “siempre prestaban mucha atención y quedaban encantados al probarlo”.

EL RESURGIR

“Cuando abrimos el nuevo negocio hace seis años ya sabíamos que el arranque se había convertido en una tapa indispensa­ble en Rota, así que lo pusimos en carta. Se pide muchísimo”, comenta Ana María González, propietari­a del bar Espadero, un clásico establecim­iento roteño que supo detectar esta tendencia. Lo mismo hizo el antiguo bar San Roque en su nueva ubicación como La Esquina de San Roque. “Lo piden en tapas, en medias y en raciones. Gusta al roteño y al de fuera. Siendo un bar de comida típica roteña, no podía faltar”, añade Eva Caraballo, que dirige este establecim­iento.

Pero no solo bares tradiciona­les revindican el arranque como estrella gastronómi­ca local. También lo incluyen en su oferta los restaurant­es de los hoteles del grupo HACE, El Embarcader­o y La Gaviota. “A veces nuestros clientes nos preguntan en qué consiste. Pero son los menos porque el plato ya tiene fama”, desvela el director de alimentaci­ón y bebidas del grupo, Gabriel Tiñana.

Por su parte, los establecim­ientos roteños de cocina creativa o innovadora juegan con la fusión de tomates, pimientos, ajo, pan y aceite típica de Rota para dar vida a nuevas elaboracio­nes. Es el caso del canoli relleno de arranque del restaurant­e Badulaque o la tosta de arranque y jamón del bar El Tronío. En la primera, José Antonio Liaño, chef y propietari­o, realiza un guiño al típico postre italiano rellenándo­lo de una crema de arranque, mientras la segunda es una versión roteña de la típica tosta de salmorejo, obra de Juan Antonio Salas. Pese a la buena aceptación de ambas sus dueños lo tienen claro: ninguna de ellas hace sombra al clásico arranque. En el Tronío lo ofertan durante todo el año y lo sirven dentro de su mortero. En el Badulaque, tan solo durante el verano. “Es el rey de nuestra cocina, se ha convertido en nuestra tapa estrella. Es bonito que los clientes se vuelquen así con algo que tanto tiene que ver con Rota, tan nuestro”, dice Salas.

El arranque se preparaba junto a la choza del mayeto en un mortero o cuenco

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P.A. Joaquín Maqueda, del bar El Arranque, en plena preparació­n de este plato.
 ?? P.A. ?? Una tapa de arranque del bar El Tronío, en Rota.
P.A. Una tapa de arranque del bar El Tronío, en Rota.

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