El consenso se rompe en la FEMP al aprobarse el uso del superávit sólo con el voto del PSOE
La propuesta de Hacienda para que los ayuntamientos puedan usar sus ahorros sólo convenció a los alcaldes socialistas, que ayer votaron a favor en la Junta de Gobierno de la Federación de Municipios y Provincias (FEMP), que desde hace años se preciaba de sacar por consenso sus acuerdos. Semanas de negociación concluyeron con un documento en el que el Gobierno se compromete a distribuir 5.000 millones de los Presupuestos entre los ayuntamientos con remanentes, propuesta que sólo recibió el respaldo del PSOE y se traducjo en un empate, que hizo intervenir al presidente de la FEMP y alcalde socialista, Abel Caballero, cuyo voto de calidad salvó el acuerdo.
Este pacto mantiene que las entidades locales voluntariamente pondrán a disposición del Gobierno sus remanentes de tesorería, y el Estado se compromete a transferirles 2.000 millones de sus remanentes este año y 3.000 el que viene, y devolver el cien por cien de lo entregado en 10 años, a partir de 2022. Esta fórmula, que en su día la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tildó de “imaginativa”, salva la legislación, que impide a los ayuntamientos usar sus remanentes de tesorería.
La junta de Gobierno compuesta por 25 miembros se partió por la mitad: la votación arrojó 12 votos a favor del PSOE y 12 en contra (10 del PP, uno de Cs y uno del PDeCAT). IU-Podemos optó por la abstención. La aprobación de la propuesta de Hacienda, que también suspende la regla de gasto para los ayuntamientos en 2020 e incluye un fondo de 275 millones ampliable a 400 por el déficit en transporte en la pandemia, suscitó críticas y reproches, en especial en las filas del PP. Pablo Casado censuró que se rompa el consenso que siempre ha marcado estas decisiones “y se deje fuera a los que más lo necesitan para que los afectados por el Covid tengan ayudas”.