TOCATA Y FUGA DE JUAN CARLOS
La monarquía, si sirve para algo, es como árbitro institucional y para ello precisa de una ejemplaridad
DIJO Bertrand Russel que es preciso fundamentar las opiniones en hechos: la república es la forma natural de cualquier estado, por elección directa del presidente por los ciudadanos o por el parlamento. No obstante la mayoría de los países más prósperos del mundo son monarquías parlamentarias (Suecia, Noruega, Dinamarca, Gran Bretaña, Japón, Canadá, Nueva Zelanda, Australia) lo cual debe suponer que la monarquía por sí misma no es un obstáculo para el progreso, dicho lo cual lo normal es elegir a nuestros representantes. Aunque Juan Carlos de Borbón no está condenado, ni imputado, ni ha sido citado como testigo por ninguna causa ni en España ni en ningún otro país, las informaciones publicadas tienen toda la apariencia de veracidad, de manera especial tras la reacción de Felipe VI. Están las grabaciones de un expolicía y las declaraciones de la antigua amante del Rey Emérito (“una señora tal” que dijo Felipe González), eso que en Podemos llaman las cloacas del Estado, con un proceso abierto por la fiscalía de Ginebra. Si se llega a confirmar lo publicado en un proceso judicial, dudo que se pruebe ninguna comisión por el contrato del AVE a la Meca, ente otras cosas porque la entrega del dinero por el rey alauí fue anterior. En cambio parece claro que estamos ante un delito fiscal por no haber tributado ese dinero, lo que deberá ser probado ante un tribunal. Durante años existió en España un pacto de silencio para tapar las correrías del Rey Juan Carlos entre los políticos, los medios de comunicación y los empresarios hasta el petardazo de la cacería de elefantes, cuando ya se hizo imposible mantener la tapa en el cubo de la basura. No cabe duda de que Juan Carlos de Borbón le ha prestado importantes servicios a España como sabe todo el mundo, a la par de algunos servicios desconocidos para los ciudadanos. No creo que la marcha de Juan Carlos de Borbón a la República Dominicana acerque la república como forma de gobierno de los españoles, entre otras cosas porque el proceso agravado de reforma de la Constitución es de tal complejidad que lo hace casi imposible, a pesar de lo cual la movilización contra la monarquía continuará. Estamos ante una crisis institucional de extraordinaria magnitud, que lo es aún más por lo que se va conociendo sobre las andanzas de Juan Carlos de Borbón. La monarquía, si sirve para algo, es como árbitro institucional y para ello precisa de una ejemplaridad que las noticias aparecidas no ayudan a mantener. Dudo que se vaya a juzgar jamás a Juan Carlos de Borbón aunque si debe dinero al fisco, que lo pague, y que se depuren las responsabilidades que sean menester. Me extrañaría que con esta salida de España se vaya a conseguir acallar el escándalo. Podemos incentiva el debate para diferenciarse del PSOE y para tapar sus propios escándalos que también pasan por Villarejo.