“La mayoría de los estados de la Unión Europea ya han concluido la convergencia”
● Miranda dice que “no está justificado” mantener las diferencias de pago entre producciones de una región
Fernando Miranda explica que hasta 2015, los agricultores y ganaderos recibían el pago único que estaba vinculado directamente al cultivo o al ganado que tuvieron durante el denominado “período de referencia” (entre los años 2000 y 2003, llegando en algunos casos hasta 2009). La reforma de la Política Agraria Común (PAC) que entró en vigor a partir de 2015, estableció la obligación de “poner fin a las referencias históricas para que el importe de ayuda por hectárea que recibiera cada agricultor o ganadero fuera el mismo en cada una de las regiones”. Esta reforma estableció también, continúa Miranda, que teniendo en cuenta que el punto de partida para cada agricultor o ganadero podía ser muy diferente del importe medio por hectárea asignado a cada región, “la transición o convergencia de dichos importes individuales hacia los importes medios regionales, debería hacerse de forma paulatina”. “En la mayoría de los casos, las diferencias de importe de pago básico entre dos beneficiarios de la misma región tienen que ver con sus producciones de hace más de quince años. Por ejemplo, alguien que recibió derechos de ovino y caprino o de remolacha, es muy posible que ahora ya no tenga ese ganado o ese cultivo y, pese a ello, conserve los derechos de valor más elevado, más de diez años después. En la medida en que los pagos ya no pueden estar vinculados a la producción, no está justificado mantener tales diferencias”, afirma el secretario general de Agricultura.
Miranda añade que la nueva reforma, que se inicia en 2023, “deberá concluir el proceso de convergencia. Con toda seguridad, cuando concluya, la convergencia habrá durado más de una década, con lo que todos los beneficiarios habrán tenido tiempo para adaptarse pues”. “Si miramos en nuestro entorno, la gran mayoría de Estados miembros han concluido ya este proceso, con la particularidad de que, en casi todos, hay una sola región, a lo sumo algún Estado miembro tiene tres, mientras que en España hay 50 regiones”, concluye Fernando Miranda.