Illa se va en lo más alto de la ola
El ministro abandona hoy Sanidad con los peores datos de ● la pandemia y riesgo de colapso hospitalario
Salvador Illa afrontó ayer su último día como ministro de Sanidad para ser candidato del PSC a las catalanas, en medio de duras críticas por simultanear ambas responsabilidades y marcharse sin comparecer en el Congreso, a las que se sumó Podemos, en el peor momento de la tercera ola de la pandemia.
Todos los grupos políticos, salvo el PSOE, que coincidieron ayer en la Diputación Permanente del Congreso, echaron en cara al ministro que se marche sin dar explicaciones de la pandemia cuando el índice de incidencia supera los 800 contagios por cada 100.000 habitantes y la cifra de fallecidas supera los 400.
La Moncloa fue quien anunció que Illa deja hoy su cargo para dedicarse de pleno a las elecciones catalanas, cuya campaña arrancará a las 00:00 horas del próximo viernes con la incógnita de si finalmente se votará el 14 de febrero, pues el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se ha dado hasta 8 de febrero para resolver los recursos contra el aplazamiento impulsado por el Govern.
Una vez hecho público, hasta el socio de gobierno del PSOE, Unidas Podemos, censuró al ministro por despedirse sin acudir a la Cámara, como señaló el portavoz parlamentario de Unidas Podemos-En Comù Podem, Jaume Asens, quien le pidió que no deje el cargo hasta el próximo jueves, día en el que estaba previsto que compareciera para informar sobre la evolución de la pandemia y el plan de vacunación.
Asens llegó incluso a coincidir con otros portavoces en que el hecho de haber compaginado las dos funciones en estas últimas semanas pueda llevar a mucha gente a pensar que ha actuado “más condicionado por criterios partidistas electorales” que por los sanitarios.
En todo caso, al ministro le han llovido críticas desde todos los frentes parlamentarios, empezando por la portavoz del PP, Cuca Gamarra, que acusó a Illa de burlarse del Congreso por no acudir esta semana a dar cuenta, entre otras cosas, de cómo va el proceso de vacunación o por qué no acepta la petición de varias comunidades autónomas de endurecer las restricciones.
Al igual que el resto de fuerzas políticas también cargó contra el ministro por creer que ha utilizado el trampolín de su cargo para favorecer su candidatura.
De “tomadura de pelo” y “engaño” calificó el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que el ministro deje su cargo justo antes de su comparecencia en el Congreso.
También fue contundente el portavoz adjunto de Cs, Edmundo Bal, quien tachó de “indignante” su comportamiento y dudado del verdadero objetivo de las decisiones adoptadas por el ministro sobre la pandemia: “Si se han hecho en clave electoral, no pensando en salvar vidas ni en salvar empleos, sino pensando en ganar votos”.
Más reproches desde el PNV, cuyo portavoz en la diputación, Mikel Legarda, lamentó que se vaya sin haber rendido cuentas.
Y por parte del representante de EH Bildu, Oskar Matute al reprobar al ministro que haya decidido dejar el cargo antes de comparecer cuando se ha prodigado tanto durante estos meses.
Íñigo Errejón, de Más País, siguió en esta misma línea, lamentando que Illa haya evitado esta comparecencia en una situación “dramática” como la actual y en la que el Gobierno y las comunidades “se pasan la patata caliente”.
Sólo el PSOE salió al rescate del ministro y lo hizo contraatacando a la oposición, que lleva días solicitando su dimisión “y ahora que lo hace dicen que es una burla a la Cámara (en alusión al PP), quien los entienda que los compre”, dijo el diputado socialista, Guillermo Meijón, que pidió un plazo de cortesía al sustituto de Illa para acudir al Congreso.
A pesar de la desaprobación generalizada, Illa no acudirá al Congreso y, en su lugar lo hará quien le sustituya al frente del Ministerio, tal como aprobó ayer la Diputación Permanente.