Paseo antes de cuartos
España barre a una descafeinada Hungría y se medirá en la primera eliminatoria a Noruega Gonzalo Pérez de Vargas se exhibió de nuevo
La selección española de balonmano cerró este lunes la segunda fase del Mundial de Egipto como primera de grupo y se medirá mañana en los cuartos de final con Noruega, tras imponerse por 36-28 a Hungría en un choque más plácido de lo previsto por la inesperada alineación del conjunto magiar.
Y es que Hungría pareció renunciar de partida a pelear por el liderato del grupo, tras dejar en la grada al portero Roland Mikler, el central Mate Lekai y el pivote Bence Banhidi, los tres jugadores que conforman la columna vertebral.
Todo lo contrario que España, que, tras otorgarles descanso ante la débil Uruguay, recuperó para la cita a Raúl Entrerríos y Gonzalo Pérez de Vargas. Una circunstancia que no desaprovechó el conjunto español para adquirir rápidamente una cómoda ventaja de cinco goles (7-2) en apenas ocho minutos de juego.
Esa renta desapareció con la misma velocidad que llegó, ante los problemas del conjunto español para manejarse en inferioridad, tras las dos exclusiones consecutivas con las que fueron castigados Cañellas y Maqueda.
Hasta tres goles a portería vacía encajó el conjunto español en inferioridad numérica, un problema que los de Jordi Ribera deberán corregir en los encuentros que quedan en este Mundial, en el que el más mínimo error puede costar la eliminación del torneo.
Sin embargo, en el momento en el que España recuperó la igualdad numérica, volvió a distanciarse (11-8) tras endosar a los magiares un parcial de 4-1 en apenas un par de minutos.
Y eso que el equipo español, quizá condicionado por las notables ausencias de la selección magiar, pareció sumirse en ciertos momentos en la desconcentración.
En ese problema no incurrió ni Pérez de Vargas, que cerró los primeros treinta minutos con un total de siete paradas, ni, sobre todo, Ferrán Solé, que no erró ni uno solo de los ocho lanzamientos que intentó en la primera mitad.
Goles y más goles que permitieron a los Hispanos dar un nuevo acelerón en el marcador, lo que llevó a los de Jordi Ribera a alcanzar el descanso con una renta de siete goles (21-14).
Y es que si Hungría renunció a pelear por la victoria desde la alineación, para dar descanso a sus hombres clave, todo lo contrario hizo España, que no sólo peleó por el triunfo, sino que además dosificó a la perfección el esfuerzo. La segunda mitad fue más de lo mismo y la exhibición de Pérez de Vargas aumentó las diferencias, que sólo se maquillaron al final.
Jordi Ribera Seleccionador nacional
Hicimos rotaciones, lo que nos puede venir bien para preparar el partido con Noruega”