Diario de Cadiz

Había una vez... un circo varado por culpa del virus

● Las familias del ‘Circus Las Vegas’ llevan más de tres meses acampadas en La Magdalena a la espera de poder retomar las funciones ● Reciben la ayuda de los vecinos

- Arturo Rivera

● Los empleados del ‘Circus Las Vegas’ llevan tres meses acampados en San Fernando esperando para poder actuar

La segunda ola les pilló cuando acababan de desplegar la carpa en los terrenos de La Magdalena, a principios de noviembre. Y allí siguen más de tres meses después. El covid ha dejado al ‘Circus Las Vegas’ varado en La Isla a la espera de que pasen las restriccio­nes y de que la pandemia les permita continuar con el espectácul­o, como llevan haciendo desde hace ya tres generacion­es familiares.

Pero la situación, en lugar de mejorar con el paso de las semanas, ha ido empeorando al dispararse el número de contagios tras las fiestas navideñas y, ahora, con el cierre de la actividad no esencial en el municipio isleño, que hace ya dos semanas que superó por primera vez la tasa de contagio límite de los 1.000 casos. Fuera de la localidad, en otros municipios del entorno, los datos son mejores pero la tercera ola no de tregua, así que el panorama pinta muy negro para el circo y lo de volver a coger la carretera

La asociación de vecinos La Magdalena recoge víveres para ayudarles

y reanudar las funciones de ciudad en ciudad parece que todavía queda muy lejos. Solo les queda una cosa: esperar –de momento en San Fernando, que es donde les ha cuadrado todo esto– a la espera de poder retomar las funciones.

Pero sin representa­ciones cada vez resulta más difícil vivir, claro. “Llevamos un año entero sin ingresos”, afirma tajante Tony Tonelly, el responsabl­e de un negocio que se remonta a su abuelo. “Y sin ayudas de ningún tipo, nosotros no hemos recibido ni un solo euro en ayudas desde que empezó todo esto”, asegura.

“Teníamos a unas 60 personas trabajando en el circo, ahora solo somos unos 20”, precisa para poner de manifiesto los estragos que ha dejado la pandemia en un negocio que –como ocurre con los feriantes– se ha visto especialme­nte afectado por la crisis que ha desatado el virus. “He tenido que despedir a mucha gente”, lamenta.

“Yo he crecido en el circo, llevo toda mi vida en esto. Nunca nos habíamos visto en una situación igual”, cuenta Tony, que además hace de payaso en cada función. “Es lo más difícil, intentar hacer reír a la gente”, apunta con un deje de orgullo. Lo del circo –admite– lo lleva en la sangre. A pesar de todo, sigue siendo de esos que no cambiaría por nada su trabajo.

Pero el frenazo impuesto por el virus y la ausencia de ingresos han empezado a hacer mella en este circo, que se ha visto forzados a pasar también navidades “muy diferentes” acampados en La Magdalena. Aunque la precaria situación de las familias del Circus Las Vegas, con varios menores a su cargo, no ha pasado desapercib­ida para los isleños, que nada más saber de sus necesidade­s han empezado a llevarles víveres para que tengan para comer. “Estamos muy agradecido­s a la gente de San Fernando”, insiste Tony. “Nos están ayudando mucho”.

La asociación de vecinos La Magdalena ha puesto en marcha incluso una campaña de recogida de alimentos para echar una mano a este circo acampado en La Isla desde hace ya tres meses. Aunque no ha sido la única iniciativa que se ha llevado a cabo en este sentido. Muchos –incluso ciudadanos a título particular– se han acercado a la explanada de tierra en la que están las caravanas a llevarles víveres y bolsas de la compra y darles ánimo. La voz se ha corrido por las redes sociales y los gestos de generosida­d se prodigan.

No es la primera vez que al Circus Las Vegas les ha ocurrido esto en la pandemia. Ya el año pasado, con el primer estado de alarma, se vieron obligados a pasar el confinamie­nto en Montilla (Córdoba). Pero entonces era distinto, se confiaba en la desescalad­a y se esperaba retomar las funciones de cara al verano. Aunque la cosa, en realidad, nunca se llegó a enmendar, cuenta el responsabl­e del circo Las Vegas.

“Con las restriccio­nes solo puedo meter a 150 personas en una función”, dice. Y así resulta imposible, claro. Y los horarios que obligan a adelantar las funciones –antes del cierre de la actividad no esencial– tampoco ayudan.

Al parón de ahora se suman además el efecto acumulado y el desgaste acusado de meses de pandemia. Aunque Tony no deja de ser optimista y confía en poder retomar las funciones en par de semanas.

El Ayuntamien­to isleño, que ha recordado que las restriccio­nes actuales no obligan a los integrante­s del circo a permanecer en la ciudad, se ha interesado también por la situación de las familias que desde finales de octubre están acampadas en La Magdalena, a los que ha informado de los recursos sociales que existen en la localidad, como el comedor El Pan Nuestro. Los concejales Antonio Rojas y Virginia Barrera se han entrevista­do personalme­nte con ellos.

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SONIA RAMOS Tony Tonelly, responsabl­e del circo acampado en el solar de La Magdalena, en San Fernando.
 ?? SONIA RAMOS ?? Una vecina entrega una compra a las familias del circo que lleva más de tres meses en La Isla.
SONIA RAMOS Una vecina entrega una compra a las familias del circo que lleva más de tres meses en La Isla.

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