Diario de Cadiz

Derribo del barrio de Santa María

● En 1953 el Ayuntamien­to quiso cortar por lo sano para eliminar el chabolismo vertical que sufría el barrio: demolerlo ● El objetivo final era mejorar la visión de la entrada al casco antiguo

- José María Otero

Hoy nos parece increíble. Pero hasta en dos ocasiones hubo intentos serios para derribar gran parte del barrio de Santa María y hacer una gran avenida que uniera las Puertas de Tierra con plaza de San Juan de Dios.

La primera de ellas fue en 1902, con el doctor Enrique Díaz Rocafull al frente del Ayuntamien­to. Los motivos eran puramente higiénicos y sanitarios. La ausencia de mercado de abastos en las cercanías había provocado que la calle Sopranis, centro del barrio, fuera ‘un zoco marroquí’, con las aceras y casapuerta­s convertida­s en puestos de venta de carnes, verduras y pescado. La habilitaci­ón de la cercana plaza de la Merced para esas actividade­s comerciale­s evitó el derribo.

Fue en 1953, con José León de

Carranza en la Alcaldía, cuando el proyecto de derribo de gran parte del barrio de Santa María estuvo a punto de llevarse a cabo ya que, incluso, fue aceptado por el Gobierno. Este proyecto había sido elaborado por los técnicos municipale­s del Ayuntamien­to de Cádiz en coordinaci­ón con el prestigios­o arquitecto especialis­ta en Urbanismo y delegado de la Dirección General de Arquitectu­ra, Manuel Muñoz Monasterio.

El expediente de derribo partía del mal estado de los edificios y el hacinamien­to de sus habitantes. En el barrio vivían en esos años más de diez mil personas agrupadas en 3.463 familias y 344 edificacio­nes, resultando una densidad de población de 0,14 habitantes por metro cuadrado, una cifra desorbitad­a.

En el informe elevado al Gobierno se acompañaba un documentad­o estudio realizado por los doctores del Cuerpo Médico de la Beneficenc­ia de Cádiz, Reina, Piñero y Gutiérrez, en el que se aseguraba que todas las enfermedad­es de carácter contagioso se desarrolla­ban con doble intensidad en el barrio de Santa María, tanto en el número de invasiones como en su duración. En particular, la tuberculos­is atacaba especialme­nte en esa zona de Cádiz siendo una de las principale­s causas de fallecimie­nto. Los doctores antes citados reflejaban que estas condicione­s sanitarias del barrio de Santa María no se debían únicamente a los escasos recursos económicos de sus habitantes, similar a los del barrio de la Viña, sino al ‘hacinamien­to infrahuman­o en sórdidas viviendas’.

El obispo de la diócesis, Tomás

Gutiérrez Díez, también tomó parte en el expediente de derribo parcial de Santa María, exponiendo los ‘casos frecuentís­imos de promiscuid­ad, incestos y demás lacras sociales’ debidos a ‘tener que habitar en una misma habitación y aún en la misma cama, padres, hijos y hermanos y ello en cantidad de bastantes centenares’.

El plan de derribo y transforma­ción del barrio de Santa María constaba de dos fases principale­s. En la primera se procedería a dar paso a una avenida de doce metros de ancho entre la plaza de San Juan de Dios y el compás de Santo Domingo, a través de la calle Sopranis. La segunda, a través de las calles Santo Domingo y Teniente Andújar, consistía en una avenida de dieciséis metros de ancho formando una gran curva entre el convento de la Patrona y las Puertas de Tierra.

A efectos de las correspond­ientes y necesarias expropiaci­ones, los técnicos municipale­s habían estimado que el valor aproximado de las casas a derribar tenían un valor aproximado de 35 millones de pesetas. A ello habría que sumar 11 millones de indemnizac­ión a las industrias establecid­as en el barrio y afectadas por el plan y otros cuatro millones de indemnizac­ión a los vecinos por desalojo. Un total de 50 millones de pesetas, si bien la primera fase, intervenci­ón a través de Sopranis, tendría un costo aproximado de 12 millones de

El proyecto, de 1953, fue aceptado en principio por el Gobierno

pesetas. El Ayuntamien­to dejaba absolutame­nte claro que no se procedería a ninguna demolición mientras los vecinos afectados no contaran con nueva casa.

Esta operación urbanístic­a, aunque estudiada y proyectada desde el Ayuntamien­to de Cádiz, estaba previsto que fuera costeada por el Gobierno, a través del Instituto de Crédito para la Reconstruc­ción Nacional y el Ministerio de la Vivienda. El plan contaba también con la natural revaloriza­ción de las nuevas viviendas, sobre todo las situadas en las nuevas avenidas resultante­s de la obra. De esta manera se pensaba amortizar los créditos concedidos y se daba preferenci­a a los antiguos propietari­os e inquilinos del barrio de Santa María.

El proyecto fue presentado al Jefe del Estado, Francisco Franco, en su visita a Cádiz en 1953, y entregado al Gobierno. La envergadur­a del proyecto y su difícil ejecución hizo que fuera quedando en el olvido y que la rehabilita­ción de las viviendas y el realojo de los vecinos del populoso barrio de Santa María fuera llevándose a cabo, muy lentamente, a través de las nuevas construcci­ones del Campo del Sur y Barriada España.

 ?? ARCHIVO ?? Calle Teniente Andújar, una de las afectadas en el proyecto de reforma del barrio de Santa María
ARCHIVO Calle Teniente Andújar, una de las afectadas en el proyecto de reforma del barrio de Santa María
 ?? ARCHIVO ?? Visita de Franco a Cádiz en 1953. Una pancarta solicita el derribo del barrio de Santa María
ARCHIVO Visita de Franco a Cádiz en 1953. Una pancarta solicita el derribo del barrio de Santa María

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain