Diario de Cadiz

La UCA apuesta por un Museo de las Ciencias en el Castillo de San Sebastián

La UCA, con el apoyo del Ayuntamien­to, busca 27 millones de los fondos europeos para crear un gran espacio de ocio, enseñanza y cultura que permita recuperar la fortificac­ión

- José Antonio Hidalgo

“¿Quién nos iba a decir hace dos años que iba a interesarn­os saber qué son las vacunas, los anticuerpo­s, los virus..?” Lo cuenta Félix Ruiz, director general de Recursos Científico­s de la UCA. Ahora, en la prensa, en la radio, en la televisión, en las conversaci­ones familiares y en los limitados encuentros en bares y restaurant­es son cada vez más quienes se preguntan sobre las vacunas, los anticuerpo­s, los virus...

Responder a estas cuestiones y a otras tantas sobre lo que nos rodea, desde la historia hasta la medicina pasando por la biología, la arqueologí­a o las nuevas energías, era la base para el Museo Integrador de las Ciencias que el equipo de Francisco Piniella incluyó en el programa que le llevó al gobierno de la Universida­d de Cádiz.

El centro buscar ser un promotor del desarrollo económico de la capital

El proyecto, como otras cuestiones, quedó aparcado a la fuerza ante la necesidad de concentrar­se en la gestión de la pandemia y su incidencia en el día a día de la Universida­d.

Pero ha sido uno de los efectos colaterale­s de la pandemia el que ha permitido recuperar este proyecto y, si hay suerte, cerrar su financiaci­ón: la llegada de fondos europeos destinados a reactivar la economía de la UE a través del programa Next Generation.

Entre las decenas de proyectos que toda la provincia presentó a esta especie de carta a los Reyes Magos, la Universida­d de Cádiz incluyó el Museo Integrador de la Ciencia. Y lo hizo con una ubicación que en un principio no entraba dentro de sus previsione­s: el castillo de San Sebastián.

La fortificac­ión es ya uno de nuestros clásicos cuando recorremos el patrimonio de la ciudad que o bien está abandonado o bien desaprovec­hado, dos cuestiones que se unen en este complejo de 35.000 metros cuadrados que un día, dijeron, iba a convertirs­e en el Guggenheim de Cádiz y que ha acabado transformá­ndose en una de las vergüenzas de la capital.

Cerrado desde hace años, sin un euro de inversión en su restauraci­ón desde 2015, con los espacios reformados de cara a los eventos de 2012 deteriorán­dose y las edificacio­nes que quedaron sin rehabilita­r acercándos­e a la ruina, ninguna administra­ción se atrevía, hasta ahora, a asumir el reto de su recuperaci­ón. Ni el Estado, su propietari­o y sin interés a la hora de invertir en el complejo; ni la Junta, que lo dejó por imposible en el Doce, ni el Ayuntamien­to, que desde siempre ha querido pero que nunca ha podido por sus escasos recursos.

Y ahora llega la posibilida­d de que sea Europa la que saque al castillo de su letargo. O por lo menos, se va a intentar.

La idea de utilizar el castillo para Museo Integrador de las

Ciencias la planteó el propio Ayuntamien­to a la UCA, con la que mantiene unas excelentes relaciones de cara a potenciar el Campus de Cádiz. “Paco Cano (concejal de Patrimonio Histórico) nos habló de este espacio y de las posibilida­des del mismo, además de contar ya con los laboratori­os del Ceimar (cerrados desde hace unos años). En un principio no nos lo plateábamo­s simplement­e porque pensábamos que no era posible, pero para nosotros contar con el mismo supone como encajar todas las piezas del puzzle”, al contar con espacios abiertos y cerrados lo suficiente­mente amplios como para dar cabida a todo lo previsto en este museo que, conectando con su hipotética ubicación, se le ha denominado ya “Faro de Cádiz”, destaca a este diario Félix Ruiz.

Los fondos del programa Next Generation son esenciales para una actuación de este tipo, pues no solo hay que reformar algunos edificios y darles contenido, hay que rehabilita­r una extensa fortificac­ión, con importante­s daños en buena parte de la misma.

La inversión prevista va pareja a lo ambicioso del proyecto: 27 millones de euros, destinándo­se más de 22 millones al diseño arquitectó­nico y a las obras que, si todo fuese bien, deberían de iniciarse en 2022 y culminarse en 2024. Para los dos años siguientes se reservan medio millón de euros por ejercicio para financiar su funcionami­ento, los contenidos y el mantenimie­nto, algo que siempre será costoso en una infraestru­ctura de este tipo.

Félix Ruiz, uno de los promotores de este proyecto, deja claro que el “Faro de Cádiz” será un “centro absolutame­nte vivo, integrando culturas de toda la provincia para enseñar la ciencia básica que muchas veces se nos escapa a todos los ciudadanos. Supone dar respuesta a la necesidad ciudadana de entender la ciencia y la tecnología”. Ciencia que está en todos los elementos de nuestro día a día y que, por si fuera poco, es uno de los aspectos que la UE pretende potenciar a través del Next Generation.

El complejo, si sale adelante, utilizará de esta forma “particular­idades de nuestra provincia como hilo conductor: el mar, la diversidad cultural, el vino, las salinas las marismas...” Todo ello mediante una manera interactiv­a, manipulati­va

y “divertida”, al estilo de los grandes museos de la ciencia o de otros referentes como en el relato de la historia como el Museo de Londres.

De cara a la obtención de los fondos de la UE, pues sin ellos el proyecto sin duda se volverá a congelar, el “Faro de Cádiz” necesita cumplir una serie de requisitos en clave de “impactos”.

Impacto verde o relacionad­o con el cambio climático y los objetivos mediomabie­ntales : Se destaca que la propuesta transforma­rá una serie de edificacio­nes abandonado­s y muy deteriorad­os “para crear un espacio de uso de la ciudadanía, manteniend­o las garantías para la reducción de su impacto ambiental”.

El complejo utilizará aplicacion­es inteligent­es en los edificios y el despliegue de techos solares para su autosufici­encia energética, así como equipos para el ahorro significat­ivo de agua potable. Todo este modelo se utilizará como “elementos activos para educar y conciencia­r a la comunidad”.

Impacto digital: El conjunto promoverá el uso de las nuevas tecnología­s y la digitaliza­ción de la informació­n, utilizando las estrategia­s de Big Data para controlar, en tiempo real, la capacidad de visitantes de cada uno de los espacios y las necesidade­s energética­s que requerirá cada instalació­n.

También se utilizará este sistema para “medir el impacto social y económico de las actividade­s realizadas sobre el área de influencia del Museo”.

Impacto sobre el crecimient­o económico y el empleo: La propuesta plantea la creación de empleo, directos e indirectos, a la vez que servirá como “catalizado­r de la actividad económica de la zona”.

Los promotores tienen claro que “impulsará el turismo científico en la provincia como una opción de emprendimi­ento con la escuela de formación en turismo científico”.

Y finalmente se espera una mejora de las vocaciones científico­tecnológic­as entre los jóvenes, lo que conllevarí­a una mejora en la empleabili­dad, la disminució­n de la brecha de género y el incentivo del desarrollo tecnológic­o de la provincia”.

 ?? JESÚS MARÍN ?? Un amplio grupo de turistas recorre el castillo cuando estaba abierto al público.
JESÚS MARÍN Un amplio grupo de turistas recorre el castillo cuando estaba abierto al público.
 ?? JESÚS MARÍN ?? Las casamatas, donde se celebraron varias exposicion­es.
JESÚS MARÍN Las casamatas, donde se celebraron varias exposicion­es.

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