Constitucionalismo y antisistema
No soy experto en leyes, ni siquiera llego a rábula aunque sí comprometido con el sentido común honestamente hasta donde la capacidad de pensamiento pueda llegar, como todo ciudadano, naturalmente. Cuando los partidos conservadores en general se jactan presumiendo de constitucionalistas, en realidad lo ejercitan a conveniencia, por tanto no lo son tanto a mi modo de ver. De forma continuada acusan a un sector de la izquierda de incurrir en la praxis de antisistema, no respetar las leyes y un sinfín de lindezas que no es cuestión de enumerar y desmenuzar una por una. Tales aseveraciones además de faltar a la realidad se califican a sí mismas las fuentes de origen, bien es verdad que nadie está libre de fallos desde el primero hasta el último. La ciudadanía tan noble y silente no es boba como tampoco se traga fácilmente el desaguisado que se le pretende endosar.
La Constitución Española del 78 es intocable, salvo alguna cosilla. En el año 1992 se modifica el artículo 13.2 de forma chabacana en sus inicios hasta el punto que el Tribunal Constitucional tuvo que intervenir en ocasiones para ajustarla a derecho, hablamos del Tratado de Maastrich. Otro salto y llegamos al 2011 porque es urgente variar el artículo 135 de nuestra Carta Magna por el concepto de estabilidad presupuestaria, de esto la banca está muy bien documentada teniendo la capacidad de aportar todo lujo de detalles no sin el sacrificio de la ciudadanía. Desde hace más de dos años se viene infringiendo el artículo 122.3 para la renovación y nombramiento del Consejo General del Poder Judicial por obra y gracia de parte de la oposición al Gobierno legítimo de la nación, para más inri le exigen a Pedro Sánchez el veto al otro socio de coalición, ¿en qué apartado se recoge este derecho a veto? Recientemente, Pablo Iglesias, cuyo partido está siendo hostigado y acosado como ningún otro hasta límites indescriptibles, por opinar sobre las deficiencias en irrefutables aspectos de la Justicia Española y calidad democrática, le llueven críticas de todos lados del elenco conservador y afines. El secretario general de Podemos se equivoca en muchas ocasiones como acierta en otras. No obstante, se corre un tupido velo cuando el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-León, don José Luis Concepción, entrometiéndose en asuntos que no le corresponden, critica al vicepresidente segundo del Gobierno arguyendo que es el culpable de que la democracia española esté en solfa. La democracia española, aunque manifiestamente mejorable, está consolidada y fuera de peligro.
Domingo Pallarés Teruel (Chiclana)