LA INDUSTRIA EN DIEZ NOMBRES DE MUJER
Carmen, María, Laura, Sandra, María Jesús, María, Pilar, Virginia, Eva y Palma, trabajadoras de centros industriales de Cepsa en Andalucía, cuentan su experiencia profesional y personal en un ‘mundo de hombres’
LA pregunta no es si hay trabajos para hombres o para mujeres, sino más bien cómo se ha llegado a pensar eso y, más flagrante aún, cómo es posible que a estas alturas haya alguna duda al respecto. Para diluirlas están ellas, claro: las mujeres, y para disiparlas del todo están, por ejemplo, las mujeres de la industria. Las ingenieras, las mecánicas, las operarias o las capitanas de marina, que durante años han trabajado en un ‘mundo de hombres’. En Cepsa lo saben muy bien por experiencia propia y por eso es cada vez mayor su compromiso activo con las trabajadoras en un sector dominado mayoritariamente por el otro sexo: planes de igualdad, campañas de sensibilización… El objetivo, que la igualdad deje de ser una meta para convertirse en una realidad. ¿Ejemplos? Ahí van diez.
Carmen García Bada es licenciada en Marina Civil y, tras años de trabajo en buques mercantes, obtuvo el título de Capitán de la Marina Mercante. Actualmente ocupa un puesto de Piloto (conocido como Loading Master) en los terminales marítimos de Cepsa en Huelva. Antes de incorporarse a Cepsa, trabajaba en el mar, un sector mayoritariamente masculino, así que tampoco le asustaba comenzar en la industria. En cualquier caso, “toda la plantilla consideró mi selección como algo normal, y esto facilita mucho las cosas. Carmen fue la primera mujer en entrar a trabajar en Petronuba, operadora de terminales marítimos de Cepsa, hace casi 7 años, lo que supuso construir un vestuario para mujeres: “creo que eso fue lo único diferente”, asegura, “todos somos uno más, sin distinción de sexo”. Cualquier puesto, dice, “puede ser desempeñado por un hombre o una mujer, lo importante es estar capacitado y tener ganas de trabajar. Afortunadamente, en Cepsa ya es algo normal”, algo que “debería mostrarse más para que pueda ser referente entre las empresas y la sociedad del entorno”, apunta.
María García-Arreciado, licenciada en Químicas en la Universidad de Granada, no tenía la intención de trabajar en un centro industrial. Tras licenciarse, le surgió la oportunidad de hacerlo en una refinería en Inglaterra, así que la aprovechó para ir adquiriendo experiencia: “Al cabo de unos meses me presenté a unas pruebas de selección en Cepsa, y aquí sigo... casi 20 años después”. La mayor parte de su carrera en la Compañía la ha desarrollado en el área de Programación y Planificación de la producción. Nunca ha sentido discriminación o un trato diferente por parte de ningún compañero ni de la empresa, “y considero haber tenido las mismas oportunidades profesionales y la relación siempre ha sido de igualdad y respeto, de equipo”, que recuerda que “la Cepsa de ahora no es igual a la de hace 20 años”, aunque ya entonces “había algunas mujeres pioneras en este sector que fueron abriendo camino con su dedicación, esfuerzo y demostrando su valía como profesionales”. Con respecto a la presencia de la mujer en trabajos o carreras técnicas, cree que “es importante tener referentes femeninos en el mundo de la ciencia, conocer y reforzar el trabajo de muchas mujeres que trabajan en el mundo de la industria y la tecnología”, que seguro “son una inspiración para muchas niñas que quieren seguir sus pasos, y creo que Cepsa está haciendo un gran esfuerzo en este sentido en los últimos tiempos, como el programa con el que colabora su Fundación, ‘Inspiring Girls’”.
Laura González Bermejo estudió ingeniería técnica industrial y posteriormente un máster en prevención de riesgos laborales. Se incorporó a la Refinería La Rábida en 2004 como operadora de planta, pasó a jefe de sección y posteriormente a técnico de control. Desde 2011 ocupa un puesto de jefe de turno en la planta de Combustibles II APN. Desde el primer día “me sentí muy bien acogida por mis compañeros y nunca me he sentido distinta a ellos por el hecho de ser mujer. Los problemas que me encuentro en el día a día de mi trabajo a turnos rotativos son los mismos que los de cualquier compañero, y todos tratamos de solucionarlo de una manera similar”. Hace algunos años, asegura, “había bastantes barre