Caleidoscopio de sensaciones
personalísimo lenguaje plástico desde la fuerza impactante del color
ejercicio aunque la mayoría puedan creer que viven del aire. Hay muy poco pero lo poco que existe debe ser potenciado y patrocinar una realidad que, a pesar de todo, sigue permanentemente viva.
Kimika es una artista japonesa, afincada en Sevilla, que está en posesión de un sabio, lúcido y personalísimo lenguaje plástico, manifestado desde la fuerza impactante del color. Es artista que funde las conciencias y los conceptos formales de lo oriental y lo occidental, generando una obra de sutil fuerza cromática y de claro impacto visual.
La muestra del Castillo de Santa Catalina, amplia, bien estructurada museográficamente y con un desarrollo expositivo acertado, con los elementos perfectamente adecuados a la singularidad y magnitud del espacio, nos ha conducido por la personalísima realidad de una artista que se ha valido de su experiencia vital en los territorios saharauis para establecer una obra distinta, bella y emocionante de principio a fin.
Kimika ha pasado temporadas en los campamentos de refugiados en Tinduf, allí donde, desde hace años, se viene celebrando ‘Artifariti’, encuentros de artistas internacionales en los propios campamentos que sirven para poner de actualidad la problemática de aquellos pueblos, desamparados por la política de los países implicados y el yugo amenazador de Marruecos que miran hacia otro lado ante la