Entre todos lo mataron y él solo...
SmartBank no se debe a un factor ni a una sola persona
El dicho popular “entre todos le mataron y él solo se murió” se puede aplicar al Real Valladolid, porque el hecho de que tenga pie y medio en Segunda división no se debe a un solo factor ni a una sola persona, sino que la responsabilidad se reparte entre varios.
Es evidente que el mayor peso recae en el técnico, Sergio González, quien no ha sabido gestionar los partidos, ni sacar rendimiento a determinados jugadores y que ha pecado de exceso de confianza en muchas ocasiones. O eso, o realmente se creía a pies juntillas los mensajes que lanzaba cada semana.
Ante el Villarreal, el conjunto blanquivioleta se jugaba la vida, y ya la alineación sorprendió a todos: sin Olaza; con un 4-1-4-1 que dejaba a Weissman como único delantero y con Joaquín como enlace entre la defensa y el centro del campo, en el que recuperó a Fede San Emeterio y a un Toni Villa que debió contar con más protagonismo esta temporada.
De hecho, ha sido un jugador que, cada vez que ha saltado al césped ha mostrado valentía y mordiente ofensiva y ha transmitido ilusión. Algo de lo que han carecido otros muchos y que ha lastrado, durante todo el año, el juego del equipo. Aunque ese aspecto, el motivacional, también depende del entrenador.
El propio Sergio reconocía, tras la derrota ante el Villarreal, que él era el “máximo culpable” de que el equipo vaya a bajar a Segunda, pero aun así insistía en su mensaje positivo y apelaba al orgullo para ganar a Real Sociedad y Atlético
de Madrid en los dos encuentros que restan por disputarse, y a la suerte, para que el resto de equipos que luchan por la permanencia pierdan.
Pero si en el día de la celebración del patrón de la ciudad, San Pedro Regalado, éste no se prestó a colaborar con el Valladolid, resulta lógico pensar que ya no hay esperanza, que se ha consumado un descenso que ha estado llamando a las puertas del club durante toda la segunda vuelta.
El cuadro blanquivioleta solo ha ganado un partido en esa segunda fase –ante el Getafe– y, si bien es cierto que ha tenido en sus manos la victoria en diversas ocasiones, y que ha sido penalizado en los compases finales de muchos partidos, esto no justifica que no haya sido capaz de alcanzar más veces la portería contraria.
Según Sergio, tenían que “creer” en ellos mismos, en su juego, en sus cualidades, pero cuando
Desde luego que no. Suele resultar difícil criticar a un personaje de tanto calado, pero en este caso, Ronaldo también tiene una gran parte de culpa en lo que ha sucedido esta temporada. Se puede decir, incluso, que es el máximo responsable, puesto que es el que gobierna el club.
Está claro que no ha sido una campaña fácil para nadie, que ha estado mediatizada por la pandemia y que al Real Valladolid se le han ido sumando obstáculos en forma de coronavirus, lesiones, faltas de concentración, elevada dosis de mala suerte e inacción de muchos y poco acierto de otros.
Pero el descenso a Segunda aunque aun no está matemáticamente certificado- ha sido la crónica de una muerte anunciada. Ha sido el resultado de muchas incapacidades: de transmitir, de aprender, de plasmar, de motivar, de mandar, de decidir, de actuar...Lo dicho, entre todos le mataron, y él solo se murió.