Jimy, el quiosquero de Sevilla que no sabía que lo querían tanto
● Recogen más de 9.000 euros para el vendedor al que quemaron el puesto
Jimy es un quiosquero de origen africano que acude desde hace más de 30 años todos los días a su quiosco, situado en la esquina entre las calles República de Argentina y López de Gómara en Sevilla, al que un fuego provocado sobre su puesto le ha permitido saber lo tanto que le quiere la gente. El viernes, Jimy llegó como siempre a su puesto de trabajo, pero en lugar de sus mesas, carteras, banderas, sombreros y bolsos sólo halló marcas de incendio, pavimento ennegrecido, el suelo del balcón que cubre su puesto, desmembrado; y la acera empolvada por la pintura descascarillada.
Sin embargo, lo que pretendía ser un acto vandálico se ha convertido en una ola de solidaridad, gracias a la campaña lanzada en las redes sociales para recaudar fondos y un aporte realizado por la Policía, que, situada en la acera de enfrente, tantos años lleva viéndole trabajar. “Todas las generaciones de policías han tenido contacto con él. Desde bien temprano montaba su puesto y estaba en él hasta última hora de la tarde. Ha sido un claro ejemplo de trabajador y buena persona”, relata Sergio Infante, representante del cuerpo, que le entregó unos 1.300 euros reunidos entre los agentes.
En el momento de la entrega, una vecina pasa y le dice al quiosquero: “Todo el barrio se ha volcado con él porque se lo merece. Es muy buena persona”. Otro lugareño que se ha volcado con Jimy es David Reina, que constata que lo conoce “de verlo toda la vida” pero que “nunca había hablado con él”; sin embargo, se esmeró en crear una campaña de recaudación por las redes sociales para tratar de costear las pérdidas del puesto.
Según Reina, el objetivo inicial era “intentar conseguir mil o dos mil euros”, pero, como él define, la “locura” ha sido tal que “hay casi setecientas personas que han aportado dinero”, con un montante actual que va por encima de los 9.500 euros. Jimy, que agradece “mucho” la iniciativa, se emociona al hablar y reseña que le están ayudando “todos”.
“No sabía que la gente me quería tanto. Nunca esperé esto”, resalta al mismo tiempo que deja un mensaje para los vándalos que han tratado de sabotearle su quiosco: “A la gente que quería hacerme daño, mira cómo le ha salido”.