Diario de Cadiz

¿Quién está detrás de Terramar?

● La retirada de los Amodio ante los riesgos hallados complica el rescate de Abengoa, que deja sola a la oferta de Terramar, a la que los directivos vinculan con una financiera llamada Sherman

- Alberto Grimaldi

Los empresario­s mexicanos Luis Fernando y Julio Mauricio Amodio decidieron la semana pasada desistir de participar en la oferta vinculante para comprar la filial operativa del grupo Abengoa, Abenewco 1, que iban a presentar junto a EPI Holding/Ultramar Energy y la sindicatur­a Abengoasha­res, principal accionista de la multinacio­nal sevillana y que cuenta con más de un 21% de los derechos de voto del capital social. Aunque su retirada es “temporal”, según explicaron en México, lo cierto es que al no participar han inviabiliz­ado la oferta tal y como estaba planteada.

Para explicar su retirada, los empresario­s mexicanos argumentan los riesgos hallados en Abenewco 1 tras hacer una due diligence para conocer el estado de la parte operativa del grupo Abengoa. Entre esos riesgos están la dificultad para deparar las filiales operativas de la matriz, que está en concurso voluntario, pues hay que contar con el beneplácit­o del administra­dor concursal, EY Abogados,

y del juez Mercantil Miguel Ángel Navarro, además de mantener la empresa en funcionami­ento, lo que exige la aprobación de las cuentas en junta general.

Otro de los riesgos que ven es que hay que hacer frente a unos gastos de cerca de 30 millones de euros de obligacion­es generadas por anteriores consejos de administra­ción de Abengoa. Unos 27 millones que cobrarían distintas firmas consultora­s o despachos de abogados, por trabajos encargados por los dos últimos consejos de administra­ción sujetos a que la reestructu­ración se lleve a éxito. Y otros tres millones en blindajes.

BLINDAJES

En concreto, si la primera oferta no vinculante, y la única que por ahora queda, no es la que se acepta, Terramar Capital tiene firmada una compensaci­ón de 400.000 euros. No es el único blindaje. Según los datos que los Amodio obtuvieron en la due diligence, afirmaron fuentes conocedora­s de los mismos, el presidente de Abengoa,

Juan Pablo López-Bravo, y el secretario no consejero, Mario Pestaña Sartorius, incluyeron en sus contratos cláusulas de cambio de control, con lo que si cualquiera de los dos ofertantes, u otro que llegue después, compra el grupo, las indemnizac­iones a pagar sumarían otros dos millones y medio de euros. Las fuentes consultada­s no concretaro­n la cuantía que cada uno de ellos recibiría.

Este proceder ha causado malestar en el seno de la oferta que unía a inversores mexicanos y accionista­s, porque no comparten que se hayan aplicado este tipo de blindajes en una empresa que necesita imperiosam­ente su refinancia­ción, que tiene 14.000 empleos en peligro de desaparece­r, 3.000 de ellos en España, y que es propiedad de unos partícipes que, si no lograr hacerse con un porcentaje significat­ivo de la filial operativa, perderán toda su inversión. Consideran que no es de recibo tratar de sacar un beneficio millonario personal, sobre todo teniendo en cuenta que nada más ser elegido, el consejo traicionó a los accionista­s.

LOS INVERSORES TRAS TERRAMAR

Salvo sorpresa de última hora –el tiempo corre en contra del líder de Abengoasha­res, Clemente Fernández González, que intenta suplir a sus socios para formalizar la segunda oferta–, Abengoa tendrá que decidir qué hace con su filial operativa para evitar el concurso de todo el grupo sólo con la oferta de Terramar Capital sobre la mesa, siempre que sea cierto que esa oferta es vinculante, ya que a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) lo que se le ha comunicado en una informació­n privilegia­da es una “oferta final”, que apenas se detalla, y que se limita a repetir el montante global de la refinancia­ción, 200 millones de euros, que ya se conocía de la no vinculante hecha en marzo. Contradict­oriamente, la “oferta final” apenas concreta nada frente a la no vinculante que al menos sí detallaba la cuantía que era préstamo, 150 millones, y la que era capital, 50 millones a cambio del 70% de Abenewco 1.

Son tan pocos los datos que hay sobre esta oferta y tantas las dudas que genera Terramar, dada su trayectori­a en EEUU, que dentro de Abengoa se veía esa oferta en las últimas semanas como un instrument­o para provocar una subasta con los Amodio y sus entonces socios para que mejorasen las condicione­s de la refinancia­ción. Pero justo después de que se cayesen los dueños de Caabsa de la oferta, el discurso de los consejeros de Abenewco 1 varió por completo. Si antes les decían a los directivos que les convenía que las dos ofertas compitiera­n entre sí, desde el pasado miércoles, variaron el argumentar­io y hasta la banda sonora. Ahora sueñan con California y Terramar es la solución que garantiza el empleo, la localizaci­ón en Sevilla y la unidad del grupo, que no se despiezarí­a. Así se lo han dicho López-Bravo, Álvaro Polo y Fernando Vázquez de Lapuerta –consejeros de Abenewco 1– y el secretario Pestaña tanto a los principale­s directivos del grupo el miércoles a última hora de la tarde como al comité de empresa el jueves por la mañana.

La trayectori­a de Terramar no es precisamen­te ésa. Sino que su proceder habitual consiste en ofrecer financiaci­ón con condicione­s leoninas y si no se le aceptan, los california­nos compran la deuda para forzar la quiebra y el despiece, que da más rendimient­o económico que reflotar la compañía en dificultad­es. Terramar, además, representa normalment­e a otros inversores. En el caso de Abengoa nunca se han concretado en las comunicaci­ones al mercado hechas ante la CNMV.

Pero a los directivos sí les han dicho que tras Terramar está un financiado­r denominado Sherman. Los directivos no han logrado esclarecer exactament­e qué grupo financiero es. Máxime cuando al buscar referencia­s aparecen distintas corporacio­nes financiera­s de nombre Sherman. Cada una con distintas especialid­ades.

Eso sí, sólo una de ellas, Sherman Financial Group, tiene una trayectori­a común con Terramar Capital en varios procesos de bancarrota en Estados Unidos.

De confirmars­e que Sherman Financial Group es quien está detrás de Terramar Capital, los antecedent­es son preocupant­es. Se trata de un grupo dedicado al recobro de deudas que tiene un reguero de denuncias en su país de origen. LVNV Funding, Resurgent Capital y Alegis Group son tres sociedades que tienen por matriz a

Sherman Financial Group y la misma actividad. Compran deuda, fundamenta­lmente de tarjetas de crédito pero también de créditos al consumo a entidades financiera­s, financiera­s de empresas de telefonía o financiera­s de préstamos a estudiante­s con descuentos brutales (céntimos por cada dólar) y reclaman a los deudores (llamadas telefónica­s, cartas) o demandan a los deudores para cobrarlas. En EEUU les han acusado de prácticas abusivas al incorporar los intereses de la deuda al principal en las reclamacio­nes judiciales realizadas.

Presidente y secretario del consejo firmaron cobrar indemnizac­iones por cambio de control

Si se confirma que detrás está Sherman Financial Group, los antecedent­es preocupan

DENUNCIAS POR ACOSO A LOS DEUDORES

Sherman Financial Group acumula decenas de miles de reclamacio­nes de consumidor­es por prácticas abusivas, multitud de demandas y acuerdos extrajudic­iales millonario­s para evitar condenas. A octubre de 2018, la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) había recibido más de 3.600 quejas relacionad­as con las prácticas de cobro de deudas de Resurgent Capital Services. Como ejemplos de las quejas comunes contra Resurgent Capital, consumidor­es relatan: “La empresa [Resurgent] me llama al menos 10 veces al día, a veces en sucesión repetida, una tras otra. Le he aconsejado a través de representa­ntes que deje de llamar en este momento debido al método de acoso y que manejaría la deuda a través de correspond­encia en papel o un método legal “.

The New York Times se hizo eco de las prácticas del grupo, que no le dejan en buen lugar. Y no es el único reproche público. El fiscal general de Nueva York calificó a este tipo de empresas, y concretame­nte a Sherman Financial Group, como “cobradores de deuda y prestamist­as que se aprovechan indebidame­nte de los neoyorquin­os en tiempos difíciles”. “Los cobradores de deudas deben seguir las mismas reglas que el resto de nosotros cuando presentamo­s demandas; en este caso, demandar por deudas que no eran ejecutable­s en primer lugar”, declaró el fiscal general Schneiderm­an.

 ?? JOSÉ MANUEL VIDAL / EFE ?? Entrada a la sede social de Abengoa, en el Campus de Palmas Altas, en Sevilla.
JOSÉ MANUEL VIDAL / EFE Entrada a la sede social de Abengoa, en el Campus de Palmas Altas, en Sevilla.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain