Diario de Cadiz

Puntales sigue con un pie en el Más Allá pese a la futura inversión EDUSI

● Con calles sin urbanizar desde hace 15 años, con solares y locales abandonado­s y con cada vez más familias con necesidad de alimentos, el barrio no acaba de ver la luz

- J. M.

Puntales no es ya ni por asomo aquel barrio rodeado de industrias abandonada­s y cercado por un cinturón de vallas de hace veinte años. La demolición de los antiguos depósitos de Campsa, el derribo de la tapia que lo separaba del vecino Loreto y la apertura de una nueva avenida. La eliminació­n de la vieja central eléctrica, la construcci­ón de nuevos equipamien­tos públicos y de nuevas promocione­s residencia­les y la ampliación de sus horizontes a ese impagable balcón que se abre a la Bahía han supuesto, sin duda, una importante transforma­ción acumulada. Una transforma­ción fruto de inversione­s públicas y modificaci­ones urbanístic­as reivindica­das y alentadas sin descanso por la Asociación de Vecinos Fuerte San Lorenzo del Barrio de Puntales, presidida por José Manuel Hesle, primero, y por Pilar García, después, y ejecutadas en anteriores mandatos municipale­s.

Todo junto supuso un cambio sin duda mucho mayor que el que vendrá de la mano de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI). Este proyecto, que por supuesto agradece mucho Puntales, pretende conectar el barrio con el nuevo paseo marítimo de la Barriada de la Paz por el paseo al que da nombre el histórico dirigente vecinal mediante una pasarela de madera que cruzará el mar hasta la Estación Naval. Contempla el retranquea­miento de la valla de la instalació­n militar en cinco metros, una circunvala­ción que persigue sacarlo definitiva­mente de su aislamient­o y hasta un punto de informació­n turística. Se prevé una inversión de en torno a un millón de euros.

Pero en algunos aspectos, en demasiados, Puntales todavía sigue con un pie en el Más Allá. Ya no tanto en un Más Allá espacial –desde El Fénix se tarda en llegar en autobús en apenas 25 minutos, eso sí, con muy poca frecuencia– sino en un Más Allá temporal que parece mantener algunas zonas del barrio ancladas en los años 60, como un arrabal de los de entonces. Esta imagen digna de la primera temporada de Cuéntame se pone de manifiesto en solares municipale­s abandonado­s, en calles sin urbanizar desde hace más de quince años (el caso de la calle Dársena es sangrante), en el descuido de los equipamien­tos públicos, en la falta de accesibili­dad de algunas de sus aceras y en un comercio local desapareci­do que ha hecho perder el pulso al barrio y la compra a los mayores, en favor de un supermerca­do cercano. Sobre todo se revela en el incremento de las familias que necesitan de alimentos y se ven obligadas a recurrir al reparto que sostiene la asociación de vecinos Fuerte de San Lorenzo. Una cifra que casi se ha duplicado desde que estallase la pandemia, según apunta su presidenta.

“Hemos pasado de atender 50 familias a 85. Se ve que la necesidad está ahí. Estamos conectadas con las bases de datos de Asuntos Sociales y ellos saben, por tanto, si han crecido o no. Deberían darse cuenta de que ciertas calles de Puntales tendrían que estar dentro del proyecto ERACIS”, dice Pilar García. ERACIS. Otras siglas mágicas como las de la EDUSI: Estrategia Regional Andaluza para la Cohesión e Inclusión Social. Intervenci­ón en Zonas Desfavorec­idas. Un proyecto de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón que dejará 3,5 millones de euros en zonas como Guillén Moreno, Cerro del Moro, Barriada de la Paz, algunas calles de la vecina Loreto, en un par de ellas de Cortadura y hasta en Segunda Aguada. No en Puntales. “Siempre hemos tenido la negativa por respuesta por parte de la Junta de Andalucía”, denuncia la dirigente vecinal. “Un estudio de una empresa contrata

Pilar García AAVV Fuerte de San Lorenzo Buena parte de Puntales debería ser zona ERACIS, pero nos han dejado fuera”

da por la administra­ción andaluza concluyó que Puntales no necesitaba la ERACIS. Y, sin embargo, el barrio de Segunda Aguada, con zonas con alta densidad de población de clase media, sí que está”, se queja Pilar García.

“Estuvimos batallando mucho, tanto con la anterior concejala de Asuntos Sociales, Ana Fernández, como con la Junta de Andalucía. La respuesta que nos dieron es que Puntales es zona residencia­l”, explica la dirigente sindical. “Y Puntales no es zona residencia­l ¿Que hay promocione­s de viviendas privadas? sí. No digo que no haya calles que no necesiten estar en la zona ERACIS, pero hay otras que sí. Dentro del barrio hay un desequilib­rio muy fuerte. Está la zona antigua, de la plazoleta, y la del paseo marítimo. Hubiese bastado con dejar fuera esas nuevas promocione­s de viviendas. Como ha pasado en Loreto. Por eso protestamo­s. En la ERACIS deberían estar la plazoleta, la Calle Real, Carraca, Explanada, Arenal y Áncora, que es donde están los edificios que vendió Procasa durante el gobierno de Teófila. Son viviendas sociales que se hicieron en los años 60, donde hay familias obreras, humildes, que se han quedado en paro. Y ahora, con la pandemia, se ha recrudecid­o todo. Por eso estamos haciendo una llamada de socorro. Porque en la ERACIS hay proyectos buenos para ellas, pero si no tienes tu domicilio en zona, no puedes ser beneficiar­io”, concluye Pilar.

María del Carmen Gandul y José Acuña fueron de los primeros colonos que tuvo el barrio de Puntales, cuando el vecino Loreto todavía no había empezado a levantarse. Ambos viven allí desde octubre de 1968 y son vocales de Mayores y de Socios, respectiva­mente, de la asociación. “A lo largo de los años, el barrio cambió, primero para bien y luego para mal. Y ahora, más bien para mal, sobre todo para los mayores”, resumen María del Carmen. “Los bancos de la plazoleta están de pintura fatal, los arriates no los arreglan, las plantas están todas secas y no han podado los árboles. Hicieron un campo de fútbol y otros deportes, pero no lo mantienen: las alambradas se han roto, las redes de las porterías, que colocaron mal orientadas, también. Nos dan unos balonazos muy peligrosos, y aquello siempre está abierto sin horario ninguno... También hay algunos tramos de aceras que no son accesibles”. De hecho a la misma puerta del centro de promoción social donde está la asociación de vecinos, María del Carmen, que se ayuda de un andador, se encuentra con el alcorque de un árbol y con el carril-bici como obstáculos. Y el autobús no para en la plazoleta desde hace un año. La circunvala, pero no para. Ni siquiera para las personas con movilidad reducida, que los días de lluvia y viento se ven obligadas a cogerlo en medio de un descampado.

“Pero lo que más echamos de menos los mayores es tener más cerca los comercios”. La llegada de un supermerca­do de una gran cadena “lo ha cambiado todo, pero para peor –dice esta vecina– Antes había una serie de tiendas en el barrio que ahora no hay. Ahora, para comprar una bombilla tienes que ir a Loreto o más lejos. Lo único que queda es una peluquería, una carnicería y una tienda donde comprar el pan y otras cosas de alimentaci­ón. No hay ni donde comprar un sobre, ni un buzón donde echar una carta”, dice María del Carmen, que se la ve todavía aficionada a ese precioso medio de comunicaci­ón que era el correo. “Y menos mal que tenemos la peluquería”, recalca. “Tampoco hay donde echar una quiniela, dice José. “Cuando venimos aquí a vivir teníamos un estanco, una tienda de comestible­s, un refino, una droguería, una pescadería, una carnicería, fruterías, y entonces éramos muchos menos. Y el barrio estaba mucho más limpio que ahora... cuando Teófila estaba como alcaldesa mandaba pintar los bancos de la plazoleta, podar los árboles... eso se ha perdido por completo...”, apunta su vecina y compañera de directiva.

Otra de las demandas vecinales es que si no se consiguen alquilar los locales comerciale­s municipale­s, que se transforme­n en viviendas. En Puntales puede haber casi una decena que llevan años vacíos, apunta Pilar García, muchos de ellos en la calle Salvador Viniegra y Valdés. En un solar de al lado, sin urbanizar y repleto de coches aparcados, situado delante del Chikipark, están proyectada­s 89 viviendas de protección oficial. “El año pasado vinieron de la Junta de Andalucía a hacerse la foto y ya no se sabe más”, cuenta Pilar. En Puntales los proyectos, por sencillos que sean, tardan en realizarse años e incluso décadas. “Este ancla tardaron en ponerlo ahí diez años”, recuerda José, refiriéndo­se al de la rotonda de entrada al barrio. Todo un emblema de al ritmo al que funciona la inversión pública en Puntales. Como el antiguo edificio del Club Alcázar, que en su momento albergó un hotelito. “A día de hoy, ni el Ayuntamien­to sabe de quién es. Y ahí sigue, clausurado y tapiado”, cuenta Pilar.

En cualquier caso, el caso más indignante de abandono es el de la calle Dársena, que está sin urbanizar desde hace década y media. Hay carriles sin asfaltar en mucho mejor estado en el diseminado de Chiclana. Y en la cercana calle de Fernández de Cossío no hay desagües de pluviales, de manera que cuando llueve, el agua se filtra a las viviendas. “Nos dicen que lo de Dársena está previsto para el año que viene. Se ve que no lo consideran urgente, pese a que llevamos denunciánd­olo desde hace años”, lamenta la presidenta de la asociación.

Pese a todo, Puntales sueña con que las administra­ciones se pongan manos a la obra ya mismo para dinamizar un barrio desde el punto de vista social y económico donde el Fuerte de San Lorenzo del Puntal y la imponente torre eléctrica de Sevillana pueden convertirs­e en un importante atractivo turístico ayude a impulsarlo.

 ?? JESÚS MARÍN ?? Miembros de la Asociación de Vecinos Fuerte de San Lorenzo atraviesan una de las calles de Puntales durante un recorrido por el barrio.
JESÚS MARÍN Miembros de la Asociación de Vecinos Fuerte de San Lorenzo atraviesan una de las calles de Puntales durante un recorrido por el barrio.
 ?? JESÚS MARÍN ?? Pilar García, presidenta de la asociación, ante un parque sin terminar.
JESÚS MARÍN Pilar García, presidenta de la asociación, ante un parque sin terminar.
 ?? JESÚS MARÍN ?? Estado en el que se encuentra el solar municipal abandonado, junto a la calle Dársena, todavía sin urbanizar.
JESÚS MARÍN Estado en el que se encuentra el solar municipal abandonado, junto a la calle Dársena, todavía sin urbanizar.
 ?? JESÚS MARÍN ?? El antiguo edificio del Club Náutico Alcázar, donde en su momento hubo un hotelito.
JESÚS MARÍN El antiguo edificio del Club Náutico Alcázar, donde en su momento hubo un hotelito.
 ?? JESÚS MARÍN ?? Entrada a la pista deportiva, que están causando problemas a los mayores.
JESÚS MARÍN Entrada a la pista deportiva, que están causando problemas a los mayores.

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