Sánchez insiste en bendecir los indultos a pesar del coste político
● La posible presencia de Junqueras en la mesa de diálogo enfrenta a ERC y PSC
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, restó importancia al “coste” político que pueda tener para su Ejecutivo un futuro indulto de los líderes independentistas catalanes porque “ayudar a resolver problemas no representa un coste” y por el bien de la “cohesión” y la “concordia”.
En medio de la creciente polémica por esta decisión, que ya está sobre el tejado del Gobierno y a la que expresaron sus reticencias destacadas figuras del PSOE, Sánchez apostó por abrir “una nueva etapa” que deje atrás “un mal pasado”. A su juicio, lo importante ahora son “los millones de catalanes que quieren vivir en paz y que quieren superar el desgarro emocional” que supuso lo sucedido el año 2017 al transitar “de un mal pasado a un futuro mejor” desde la “concordia” y la “cohesión”.
De forma paralela a esa decisión para la que aún no hay fecha, el Gobierno trabaja también en una reforma del delito de sedición para rebajar las penas. Una reforma que beneficiaría a líderes independentistas, como Carles Puigdemont, pendientes de juicio, pero que para Sánchez permitiría homologar este tipo penal al de los “países más avanzados”.
Estos movimientos han sido duramente criticados por la oposición e incluso por veteranos socialistas. El ex presidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra pidió ayer Sánchez que autorice un referéndum para que las bases del PSOE se pronuncien sobre la concesión de los indultos, al recordar que la actual dirección del PSOE “llegó al poder diciendo que quería que hablara la militancia”. “Lo mejor sería que se hiciera un referéndum, que hace tiempo que no hablan las bases, y en función que el Ejecutivo tome las decisiones”, apuntó.
El PP consideró que la posible reforma del delito de sedición sería un “traje a medida” tanto para los independentistas condenados como para los “huidos”. Según el PP, ésta es otra de las “grandes mentiras de Sánchez”, porque se comprometió a hacer que Puigdemont respondiera ante la Justicia. Por su parte, Vox ya avisó de que si se confirma el indulto a los condenados del procés, acudirán primero
PP, Vox y Cs abundan en las mentiras de Sánchez: “No son indultos, sino insultos”
a los tribunales y después convocarán a los ciudadanos a protestar en la calle. Desde Cs, Inés Arrimadas acusó a Sánchez de “legitimar al separatismo” para “mantenerse” en el poder. En su opinión, lo que está “preparando” Sánchez no son indultos sino “insultos”.
Mientras llega esa medida de gracia, ERC instó al Gobierno a retomar “lo más pronto posible” la mesa de diálogo sobre Cataluña, que se reunió una sola vez, en febrero de 2020. Aunque falta configurar la composición de la delegación catalana, ERC adelantó que desearía incluir a Oriol Junqueras, propuesta que no cayó bien en las filas del PSC, que defendió que lo “lógico” es que participen sólo miembros de los respectivos ejecutivos, lo que excluye a Junqueras, que no es conseller. Tampoco tiene prisa por recuperar esa mesa el propio Sánchez, que cree que lo primero que toca es reunirse con el nuevo presidente de la Generalitat, Pere Aragonès.