EL LARGO CAMINO HACIA LA NORMALIDAD
CON el inicio del nuevo curso político, escolar y laboral nos enfrentamos a la evidencia de que el Covid continuará siendo, probablemente durante años, una realidad con la que tengamos que convivir. Aunque la campaña de vacunación está avanzando a un buen ritmo y, según la Junta, en octubre ya podrán empezar a recibir sus dosis los menores de doce años, lo cierto es que la aparición de nuevas cepas, entre ellas la Delta –principal causante de la quinta oleada– nos ponen ante la incómoda realidad de que el virus al que nos enfrentamos es una realidad sumamente compleja y cambiante. Ayer mismo supimos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) está analizando una nueva variante del coronavirus, denominada Mu, que fue identificada por primera vez en Colombia el pasado mes de enero y de la que ya se han notificado casos en países de Suramérica y Europa. Estamos solamente ante una de las muchas mutaciones de un virus que tardará mucho tiempo en salir de nuestras vidas. Por eso es importante que, con la debida precaución, se vayan conquistando progresivamente las máximas cuotas de normalidad posible. En este sentido, hay que apoyar la decisión de las autoridades de ampliar los aforos en los lugares públicos, el 60% para los lugares abiertos (como los estadios de fútbol) y el 40% para los cerrados. Son muchas las razones que empujan a esta progresiva recuperación de la normalidad, desde las psicológicas (la fatiga pandémica en la población es ya evidente) hasta económicas (no podemos seguir mucho tiempo con una economía a medio gas). Eso sí, los ciudadanos debemos ser muy conscientes de que la pandemia en absoluto ha finalizado y que tenemos que seguir manteniendo durante mucho tiempo algunas medidas de seguridad básica, tanto higiénicas como de distanciamiento social. A estas alturas sabemos que el coronavirus puede darnos una nueva sorpresa en cualquier momento y que sólo con inteligencia y perseverancia llegará a ser un día historia, como lo fueron tantas otras pandemias mucho más virulentas.
El virus ha demostrado ser una realidad cambiante que estará presente mucho tiempo en nuestras vidas. Hay que ir reconquistando parcelas de normalidad