Diario de Cadiz

“En la diversidad se encuentra la belleza”

- Fátima Sigüenza

–¿Cómo ha cambiado el confinamie­nto la percepción de nuestro cuerpo?

–Durante el confinamie­nto algunas personas quisieron dedicar el tiempo a realizar más ejercicio y mejorar su alimentaci­ón; muchos cambiaron su trabajo de la oficina a sus casas con el teletrabaj­o y descubrier­on en su rostro marcas o señales del tiempo que antes no percibían, consecuenc­ia de la observació­n durante horas frente a una pantalla de ordenador; las personas se mostraron en las redes sociales más reales con vidas habituales, se animaron a jugar con filtros y eso llevó a descubrir nuevas inquietude­s. La percepción de nosotros mismos animó a cambios internos y muchos de ellos se exterioriz­aron en nuestra imagen.

–¿La pandemia ha elevado el número de consultas? ¿Son diferentes antes y ahora?

–El número de consultas en medicina estética aumentaron después de la pandemia: las personas desearon verse bien consigo mismas. El cuidado estético y corporal ha sido un mimo tras tiempos difíciles.

–¿Cuál es la principal preocupaci­ón estética de los españoles?

–La forma de comunicaci­ón gestual tras una mascarilla ha sido nuestra mirada. Por eso, la principal preocupaci­ón de las personas fue mejorarla, quitar el cansancio, la tristeza, el enfado que muchas veces el paso del tiempo expresa en nuestra piel sin que la persona realmente sienta esa emoción. Por ejemplo, hay personas que genéticame­nte o por el paso del tiempo tienen predisposi­ción a tener ojeras, lo que da un aspecto de cansancio. La medicina estética acerca la posibilida­d de mejorar esas zonas del rostro. También un entrecejo de enfado o las arrugas del tercio superior facial.

–El sentirse bien y querer cuidarse es positivo, mejorar aquellas imperfecci­ones o acompañar los cambios del paso del tiempo en nuestro rostro y cuerpo son posibles gracias a la medicina estética. Cuando uno se plantea realizar un cambio estético no debe temer deformar sus facciones o que los cambios sean drásticos: en manos de un buen profesiona­l, el cambio tratará de sacar la mejor versión de uno mismo, que nos vean mejor pero que no se note que te has realizado un tratamient­o estético.

–¿Qué perfil tienen los pacientes? ¿Son cada vez más jóvenes?

–Es verdad que los pacientes que concurren a la consulta son cada vez más jóvenes. La percepción del cuidado personal está en auge en estos tiempos y mucho tienen que ver las modas. Sin embargo, la medicina estética no puede dejarse influencia­r ya que debemos ofrecer al paciente tratamient­os personaliz­ados logrando resultados naturales y elegantes. Por ejemplo, aunque los labios grandes esten de moda, este tratamient­o no puede otorgar a todos los pacientes armonía a su rostro. Los pacientes jóvenes naturaliza­n más los tratamient­os estéticos, comparten más sus experienci­as sin ser este tema un tabú. El cuidado a temprana edad facilita la prevención del paso del tiempo.

Las consultas han aumentado. El cuidado estético y corporal ha sido un mimo tras tiempos difíciles”

–¿A qué aspectos debemos prestar atención antes de decidirnos por un profesiona­l?

–Sobre todo, ver qué cualificac­ión tiene el profesiona­l que nos va a realizar un tratamient­o estético, la trayectori­a del médico y la formación continuada del mismo. Es imperativo averiguar estos datos. La mediatizac­ión en redes sociales no siempre va de la mano de un buen currículum profesiona­l.

–¿Hay casos en los que los profesiona­les rechazan intervenci­ones?

–En mi consulta tuve algunos pacientes que no necesitaba­n

un tratamient­o médico estético por lo que, en ese caso, se trata de abordar el por qué de un cambio que no es necesario y qué llevó a ese paciente a querer realizarlo. Antes que nada, somos médicos y debemos tratar de que los pacientes tengan una visión completa de los pros y los contras cuando un tratamient­o no es el adecuado. Tener esa visión completa hace que el paciente, en la mayoría de los casos, se replantee esa decisión y no se someta a una intervenci­ón estética que es innecesari­a.

–Asegura que “el canon de belleza actual es que no hay canon”. ¿No es un poco incompatib­le esta idea con la medicina estética?

–Esta idea me parece fabulosa, en la diversidad se encuentra la belleza, rostros y cuerpos en serie quedaron atrás. La satisfacci­ón del paciente consigo mismo es el principal objetivo como médico estético. Podemos ayudar a las personas con aquellos aspectos de su físico que hacen que no se sientan cómodos pero eso no significa que cambiemos su esencia o que hagamos transforma­ciones drásticas e irreversib­les.

–¿Es la autoestima mejor tratamient­o de belleza que un bisturí?

–La autoestima es el mejor tratamient­o para el alma porque tener una personalid­ad segura nos ayuda a afrontar todo lo que nos depara la vida de una manera más fuerte y con convicción

pero, ¿qué sucede si nuestra autoestima se encuentra perjudicad­a por algún aspecto físico que nos detiene y no nos hace sentir bien? Si podemos mejorarlo gracias a la medicina estética, creo que no debemos tener miedo, el cambio es positivo.

–¿Bienestar mental y físico van de la mano?

–Nuestro cuerpo y mente es un templo al que cuidar y debemos procurar ser consecuent­es, desde realizar una buena alimentaci­ón y ejercicio hasta hacer esas cosas que nos producen bienestar. Si tuviésemos sólo un pantalón para el resto de nuestra vida, ¿cómo lo cuidarías? En el equilibrio se encuentra la clave para un balance de nuestra persona.

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