Diario de Cadiz

Los republican­os británicos se ponen en alerta tras el fin del reinado de Isabel II

● El movimiento ve una ventana de oportunida­d a sus postulados

- Judith Mora (Efe)

Aunque muy minoritari­o, el movimiento republican­o del Reino Unido está alerta para hacer presión al término del reinado de Isabel II.

Con el eslogan “No otros 70. Es la hora de la república”, la organizaci­ón Republic, representa­nte de este colectivo, ya montó durante las celebracio­nes en junio del Jubileo de Platino una campaña con la meta de “desmitific­ar la monarquía e impulsar el debate sobre un modelo constituci­onal alternativ­o”, explica el director, Graham Smith.

En opinión de Smith, la muerte de la soberana, que inspiraba un gran respeto a la población, y su sucesión por el controvert­ido Carlos III ofrece la oportunida­d de analizar la posibilida­d de “elegir como jefe de Estado a un presidente políticame­nte neutro”.

“A diferencia de la reina, que no solía pronunciar­se públicamen­te, tanto Carlos como su hijo Guillermo expresan sus opiniones, que no siempre caen bien” y rompen la presunta imparciali­dad de la monarquía constituci­onal, declara.

Según Smith, lejos del “respeto y la admiración” que despertaba Isabel II, que para muchos “encarnaba

una época dorada pasada”, sus sucesores estarán más expuestos a la crítica y a las redes sociales.

Fundada en 1983, aunque más activa desde hace unos 15 años, Republic tiene unos 120.000 miembros y, de acuerdo con su dirigente, representa a unos 10 o 12 millones de personas que, en base a las encuestas, estarían dispuestas a prescindir de la realeza.

Smith argumenta que el apoyo a la monarquía es “superficia­l” y “está basado en creencias falsas”, y hasta “se sostenía principalm­ente por el apego a la reina, una figura que ha estado presente en la vida de la mayoría de los británicos”.

Republic denuncia algunos de los “mitos infundados” sobre la monarquía, como que “atrae al turismo” o que es “neutra” y “representa” al pueblo, cuando por ley en realidad hace lo que le dicta el Gobierno, tiene prerrogati­vas legislativ­as para defender sus intereses y encabezar las Fuerzas Armadas y la Iglesia de Inglaterra.

Según cálculos del grupo de presión, mantener la institució­n cuesta al contribuye­nte unos 345 millones de libras (407 millones de euros) al año, si se computan, además de las subvencion­es públicas, el coste de su seguridad o la pérdida de ingresos para el fisco

al no gravarse ciertos ducados y fincas reales.

Si bien entre 2016 y 2021 los sondeos registran un descenso del apoyo a la monarquía, la realidad es que el republican­ismo está prácticame­nte ausente del debate político e incluso intelectua­l en el Reino Unido. Ningún gran partido, a excepción del Sinn Féin norirlandé­s, contempla una república en su programa electoral, aunque algunos diputados se confiesen partidario­s, y cuesta encontrar académicos que aborden el tema.

Ted Vallance, de la Universida­d de Roehampton, uno de los pocos historiado­res interesado­s, dice que la falta de atención hacia el republican­ismo podría deberse a que “la monarquía y la identidad británica están entrelazad­as”. A nivel histórico, “estuvo asociado a los revolucion­arios franceses y a la ejecución de monarcas”, lo que supone que incluso hoy es difícil de defender una república en el Reino Unido.

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