“Macron entenderá la importancia del MidCat”
● La ex alcaldesa de Gandía da cuenta de la ley de la ciencia, aprobada en las Cortes sin votos en contra
–¿No le ha faltado cariño a la ciencia en España?
–Ha estado maltratada muchos años y, desde luego, no se le había dado la importancia que requería en financiación y otros aspectos. A la crisis financiera se le dio la receta de la austeridad y los recortes, que también afectaron al sistema de ciencia público. Desde 2011 a 2015 se destruyeron mil plazas de investigadores. La falta de oportunidades provocó ese fenómeno que todos hemos acuñado como la fuga de cerebros. Es mi generación, la generación de mi edad, que ahora está volviendo.
–¿De verdad están volviendo?
–El primer y el tercer sector con más crecimiento de afiliados están relacionados con las actividades científicas y técnicas, y las actividades de la informática y las telecomunicaciones; es decir, la ciencia y la innovación. Si la pandemia nos ha servido para aprender esa lección, nos ha servido de algo.
–Las condiciones de los científicos siguen siendo precarias. Los antiguos becarios FPU, que son los mejores expedientes de cada carrera, cobran el salario mínimo interprofesional. ¿Qué plan hay para mejorarlos?
–Con la ley les reconocemos nuevos derechos, como el de cobrar una indemnización por la finalización del contrato, también para los posdoctorales. Es verdad que el salario mínimo ha crecido mucho. Pero tenemos el compromiso – y lo saben, porque lo hemos trabajado durante la ley– de que el Ministerio de Ciencia va a hacer el esfuerzo para subir los salarios a esos contratos.
–¿Para que haya una transición energética hacia las renovables no serían necesarias unas baterías de las que aún no disponemos?
–En California hay ya más energía almacenada que la que se produce en las centrales nucleares. No estamos hablando de algo que no exista, sino que tenemos que desarrollarlo nosotros como tecnología propia. Y es ahí donde está poniendo el dinero el Gobierno. Somos un país que tenemos sol, tenemos viento... Nuestro reto es ver cómo cerramos el círculo de las energías limpias. Porque queremos legar a las generaciones futuras un país rico en energía renovable. Hoy es rico quien tiene petróleo o quien tiene gas. En el futuro será rico el que produzca energías renovables. Aspiramos a ser proveedores y exportadores de parte de la energía que consuma Europa.
–Países de nuestro entorno como Francia o Alemania se están replanteando el empleo de la fisión nuclear. ¿Es la admisión de un error o es sólo una necesidad circunstancial y transitoria?
–Creo que es circunstancial. Hay que ponerse en la piel de esos países. El 40% de la energía de Alemania venía de Rusia, que nos
Aspiramos a ser proveedores y exportadores de parte de la energía que consuma Europa”
ha puesto en jaque a todos porque Europa ha tomado la decisión acertada de plantar cara a un autócrata cuando estaba atacando a una democracia. Europa ha plantado cara y unida va a sufrir las consecuencias que Putin nos haga pagar.
–¿Nada de nucleares entonces? –No. Ni en España ni en ningún país. Ni Alemania ni Francia ponen en duda que el futuro es la energía renovable, pero cada país hace lo que puede ahora mismo. La nuclear fue un auge en los años ochenta, pero no cumplió los dos principios en los que se basaban: ni era rápida, pues si quisiéramos construir ahora mismo una planta tardaríamos 15 ó 20 años, y tampoco era barata. De hecho, no hay ninguna empresa en nuestro país que quiera construir una planta ni seguir con la actividad. –El horizonte de España no es tan sombrío como el alemán...
–Tenemos garantizada la energía de otoño e invierno, la suficiente para nuestro abastecimiento. Ahora estamos siendo canal de transmisión del gas licuado que nos llega desde EEUU y Argelia, y que enviamos al resto de Europa. Eso está en el debate del gasoducto MidCat, que no sólo serviría para el gas ahora, sino que en un futuro podría ser una infraestructura idónea para que nuestro país fuera exportador de hidrógeno verde. El futuro pasa por ser autosuficientes en los elementos esenciales del día a día. El futuro será verde o no será.
–¿Entiende los argumentos de Francia para oponerse a la construcción del MidCat?
–Entiendo que estamos en un momento en el que nos sobrepasan los acontecimientos. Este fin de semana conocimos el corte definitivo del suministro por parte de Putin. El presidente del Gobierno participó la semana pasada en un consejo de ministros con el canciller Sholz y hablaron de lo estratégico que era ese gasoducto. Estas decisiones se van a hablar y se irán solventando las diferencias. Seguro que salimos unidos, como lo hemos hecho frente a los retos que se nos han ido poniendo por delante. Finalmente, seremos capaces de llegar a un acuerdo y el presidente Macron entenderá la importancia para Europa de la infraestructura.
–¿Es ilusionante para quien fue alcaldesa de Gandía aspirar a ser la alcaldesa de Valencia?
–Nunca habría imaginado ser ministra del Gobierno de España, éste es mi lugar y pienso aprovecharlo hasta el último minuto.
–El último barómetro del CIS señala que la identifica el 12% de los españoles. No será entonces de los ministros que se tiene que poner una mascarilla para dar un paseo tranquilo por su barrio... –Es que la ciencia, desgraciadamente, no crea titulares, no despierta el interés político de las grandes cámaras. A mí no me han hecho nunca una pregunta parlamentaria. La ley de la ciencia ha salido sin ningún voto en contra. Y hoy en día la política está más inmersa en el rifirrafe que en la política silenciosa y constructiva. Me he dedicado a lo que me habían encomendado, que era hacer una ley y a poner la ciencia en su lugar; creo que lo he hecho. A mí las encuestas y los barómetros que me preocupan son los que hablan de los investigadores que tienen que volver y los números que me importan son los de la financiación de los proyectos de ciencia.
Hoy la política está más inmersa en el rifirrafe que en la política constructiva; la ciencia no interesa”