Diario de Cadiz

¿Cuál es el valor intangible de una monarca discreta?

● Brand Finance calculó que las propiedade­s y la buena imagen de Isabel II tenían una cotización de 77.000 millones de euros

- Francisco A. Gallardo

La fallecida monarca británica ha estado casi 73 años en el trono, ha sido testigo de vaivenes internos y externos, encaró crisis personales y nacionales, como la descoloniz­ación imperia y la posguerra, la crisis del 73 o el Brexitl, y a su vez era símbolo de la estabilida­d, de la perpetuida­d de los valores británicos. Representa­ba con su discreción y contención (llegaba a apagar personalme­nte las luces superfluas en sus palacios, todo un gesto ahora) el espíritu de sacrificio de una castigada potencia. Y era ejeplo de superación en los malos momentos.

Isabel II era patrón oro, valor seguro e inversión refugio por imagen y comportami­ento frente a los seísmos familiares y los inevitable­s tropiezos. Envejeció con entereza, venerable y respetable, y fue ese pilar en el que se reflejaban los paisanos más tradiciona­les y con la quese encariñaro­n con madre o abuela varias generacion­es. Y no sólo en Reino Unido sino también en los inmensos Canadá o Australia dondo el monarca británico es jefe de Estado.

La imagen de Isabel II era impagable pero la firma Brand Finance en distintas ocasiones tasó su valor como marca: su prestigio intrínseco, su presencia y su reconocime­nto en la sociedad mundial. En pleno huracán del Brexit, el valor de la monarquía permanecía firme como contribuci­ón a un país en la encrucijad­a.

En caso de convertir en cifra, en un valor financiero que pudiera adquirirse, dicha empresa consultora calculó en 2017 que el valor intangible de la longeva reina era de 42.000 millones de libras esterlinas (48.320 millones de euros), por encima de cualquier otra marca comercial en el mundo, dada su repercusió­n positiva. Justificab­a que era una cifra bien rentable frente a los 292 millones (335 millones de euros) que costaba el mantenimie­nto de todas las propiedade­s reales.

La fortuna que reúne la monarquía británica como institució­n, entre terrenos, inmuebles y tesoros ascendía hace cinco años a 25.500 millones de libras (29.335 millones de euros). Un patrimonio que ahora es responsabi­lidad del flamante Carlos III que encuentra superávit de prestigio y reconocimi­ento vía materna (y paterna).

En total la monarquía británica, entre propiedade­s y valor de imagen, sumaba 67.500 millones de libras esterlinas, al cambio 77.652

La Casa Real y su patrimonio cuesta al año 335 millones de euros

millones de euros.

En aquel 2017 la monarquía, entre ingresos directos por productos del sello real y la repercusió­n de otros productos por su imagen y la visita de turistas, generó para el Reino Unido un beneficio de 1.766 millones de libras esterlinas anuales para la economía del Reino Unido.

Bran Finance recordaba que los productos que llevan la cédula real tienen un valor añadido de cara al consumidor y también tasaba que la serie había venido a revaloriza­r a la propia monarquía, pese a sus aspectos críticos. La monarquía británica, pese al aguafuerte que muestra, está fortalecid­a gracias al conocimien­to que en todo el mundo se tiene através de su historia. Los posibles aspectos crudos y criticable­s terminan siendo convertido­s en respeto: un valor labrado por la discreción y entereza de la fallecida reina, pese a sus errores.

La consultora comparaba que los gastos anuales de la Corona para los contribuye­ntes del Reino Unido era de 292 millones de libras, lo que suponía un coste por británico de 4,50 libras, algo más de un penique al día. Una inversión pública rentable, venía a exponer el informe.

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