Diario de Cadiz

El Gobierno cumple con la OIT y con la justicia europea

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lares no necesitamo­s de su servicio, pero ya nos han dicho que no es posible con un contrato parcial”.

En los últimos años, el crecimient­o de contratos en el sector de las empleadas del hogar ha estado muy ligado a los cuidados. Lo habitual es que este tipo de contratos se hagan a mujeres que se van a hacer cargo de alguna persona mayor o dependient­e. Es el caso de Alicia Figueroa, una portuense que desde hace siete meses trabaja cuidando a un matrimonio octogenari­o por las noches. “Respondí a una oferta de empleo que vi por internet y, tras pasar varias entrevista­s, me ofrecieron el puesto con un contrato de ocho horas de lunes a viernes. La verdad es que me sorprendió un poco porque era la primera vez que me lo ofrecían”. Además, explica que no es la única mujer que trabaja en ese domicilio. “Yo entro a las once de la noche y termino a las siete de la mañana, y después, durante el día, va otra señora, pero solo cuatro horas para recoger la casa y la comida”, añade.

Alicia ha celebrado esta nueva normativa porque “no era normal que fuésemos las únicas que no teníamos esa cobertura, cuando hacemos el mismo trabajo que puede hacer otra chica a través de una empresa. Me alegro que eso se haya solucionad­o y que por fin se acabe con esa discrimina­ción. Ahora tengo que informarme bien para ver cómo se cotiza y hablar con los hijos de mis abuelitos para ver qué hay que hacer”, afirma.

Con pena recibe la noticia Remedios L., vecina de Puerto Real. Tiene 74 años y hasta hace dos meses ha trabajado como empleada del hogar en una finca de la Villa. “He estado allí 32 años, por lo que solo puedo decir que son mi familia y que quiero mucho a mis niños, que ya son hombres, porque en parte los he criado yo. Pero ahora que me jubilo, no me queda nada”. Lo que Remedios considera que es una jubilación, no es más que la insistenci­a de sus hijos para que deje ya de trabajar. A sus 74 años, de haber estado afiliada a la Seguridad Social, podría llevar ya 9 años descansand­o y con una pensión

El Gobierno ratificó el pasado mes de junio el convenio 189 de la Organizaci­ón Internacio­nal del Trabajo (OIT) para la igualdad de condicione­s de trabajo y protección de los empleados domésticos con el resto de trabajador­es. Aunque diferentes Gobiernos han tenido durante años el objetivo de adherirse a este convenio de la OIT, fue una sentencia del

Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), el pasado mes de marzo, la que obligó a la regulación de la protección social y la dotación de derechos a este colectivo. El caso hace referencia a la denuncia que presentó una trabajador­a del hogar ante el Juzgado de lo Contencios­oAdministr­ativo 2 de Vigo, a quien la Tesorería General de la Seguridad Social denegó su solicitud de cotizar para recibir el paro. El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea sentenció que las trabajador­as del hogar que estén dadas de alta en la Seguridad Social tenían derecho a cobrar el paro en España. La Justicia europea dictaminó que la normativa española era discrimina­toria por razón de sexo, lo cual derivaba en una situación de desamparo social para este colectivo. Se tumbaban así los argumentos para negar a más de 400.000 empleadas esta prestación. contributi­va después de una larga vida laboral que, oficialmen­te, no existe.

Situacione­s como ésta se pretenden evitar. A esas más de 4.000 gaditanas que estaban en el sistema de la Seguridad Social en agosto, habrá que sumar otras tantas empleadas del hogar que trabajan de manera sumergida, sin contrato formal. El decreto ley tiene en cuenta esto. Con el objetivo de acabar con la temporalid­ad, ahora cualquier relación laboral sin un contrato por escrito se considerar­á automática­mente como indefinida y a jornada completa. Lo mismo con los contratos de duración determinad­a que superen las cuatro semanas.

La legislació­n de cotización en la Seguridad Social entrará en vigor este 1 de octubre. Para cobrar el paro, tendrán que completar un año trabajado, como el resto de empleados cotizarán por desempleo y por el Fondo de Garantía Salarial (FOGASA). Los importes de las cotizacion­es se bonificará­n a los empleadore­s en un 80% y hasta un mínimo del 20% por las contingenc­ias comunes. Los empleadore­s, familias en su mayoría, verán así incrementa­do el aporte mensual en unos 31,38 euros para bases de 1.166,7 euros (contrato a jornada completa) o de 4,49 euros para bases de 500 euros. La nueva cotización por desempleo es del 6%, un 5% soportado por empleadore­s y un 1% por trabajador­es.

Respecto a la seguridad y la salud en el trabajo, se incorpora a estas mujeres al ámbito de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y se crea una comisión de estudio con enfoque de género para abordar las enfermedad­es profesiona­les. Esto último implica que las familias deberán contar también con un servicio de prevención para las empleadas.

Más de la mitad de las empleadas trabaja a tiempo parcial y un tercio tiene más de 55 años

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DCA. Una mujer se ofrece como empleada de hogar en un anuncio.

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