Ciudadanos de Andalucía se diluye en el PP
● Dos alcaldes, la anterior portavoz y un delegado del partido naranja son las incorporaciones nuevas en el Gobierno de Moreno
LA idea original partió de Juan Marín, entonces vicepresidente del Gobierno andaluz, ante el declive más que evidente de su partido, Ciudadanos. La solución pasaba por presentar a las elecciones andaluzas unas listas conjuntas del PP y los naranjas, de modo que se presentase ante los electores como una lista de Gobierno, al entender que lo exitoso del mandato había sido el Ejecutivo de coalición. No tanto el PP ni Ciudadanos, sino el propio equipo. Hubo conversaciones, tanteos y el ofrecimiento del presidente, Juanma Moreno, pero al final, la dirección de Inés Arrimadas no quiso. Tres meses después de esas elecciones en las que los naranjas no obtuvieron ninguna representación, el bloque dirigente de Ciudadanos se diluye en el PP, dentro del nuevo Gobierno de Juanma Moreno.
Ciudadanos obtuvo pocas alcaldías en las elecciones municipales en Andalucía, pero algunos alcaldes naranjas ya se han desligado del partido en lo que se entiende como un primer paso para presentarse con el PP a los comicios de mayo de 2023. Los regidores jiennenses de Aldeaquemada y Cárcheles acaban de dejar Ciudadanos con sus equipos. Como el resto de municipios donde hubo regidores naranjas, los ayuntamientos no son sustanciales en la política andaluza, pero son indicativos de lo que está ocurriendo, un desplazamiento del azul hacia el naranja.
Fuentes consultadas en Ciudadanos opinan que se trata de una operación que está yendo en aumento y que en los próximos meses verán cómo muchos más concejales se marchan para sumarse a las listas del PP. De hecho, el núcleo dirigente del partido en la pasada legislatura, el que lideraba Juan Marín, o ya está en el Gobierno de Moreno o está a punto de entrar.
No es ningún secreto, porque él mismo lo ha explicado, que Juan Marín ha seguido manteniendo unas relaciones privilegiadas, de mucha confianza, con Juanma Moreno, Elías Bendodo y el resto de consejeros. Es Marín el que está recomendando posibles cargos al PP.
Uno de los últimos, y muy sonado por su importancia, es el de la malagueña Teresa Pardo. Ella fue la última portavoz que tuvo el grupo parlamentario de Ciudadanos; era, por tanto, la número dos del partido, y acaba de ser nombrada delegada de la Consejería de Justicia en Málaga. El nombramiento de Pardo, que relevó al gaditano Sergio Moreno, simbolizó la ruptura interna del grupo y la asunción de poder por parte de Juan Marín frente a sus críticos. Y no es que éstos fueran más leales a la marca naranja, Romero
dejó el partido poco antes de las elecciones.
Pardo iba a ser la cabeza de lista por Ciudadanos en Málaga, pero perdió las elecciones primarias, lo que también deja en entredicho quiénes son los líderes de las bases en el supuesto caso de que éstas conserven un volumen suficiente como para llamarle de ese modo.
El otro fichaje de esta semana ha sido el del sevillano Francisco Javier Millán, también delegado de Justicia en su provincia. Millán llegó a ser el portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Sevilla y fue el delegado de la macroconsejería de Juan Marín.
Lejos de esconder estos nombramientos, el presidente Juanma Moreno los ha avalado. Él retuiteó el de Teresa Pardo, lo que indica que la operación cuenta con su apoyo.
Varias fuentes de Ciudadanos que se encuentran en el interregno dan por hecho que también terminarán entrando, de un modo un otro, los más leales de Marín, como Julio Díaz y Marta Bosquet. Hay quien sostiene que la ex presidenta del
Parlamento andaluz, la almeriense Bosquet, puede ser la candidata popular en la capital oriental. Esto no está confirmado, pero da cuenta de cómo se está produciendo el desplazamiento. Quien fuera consejera de Empleo a propuesta de Ciudadanos, Rocío Blanco, se ha quedado en el nuevo Gobierno con el mismo cargo, al igual que la mayoría de los asesores y jefes de gabinetes de los ex consejeros naranjas. Ella Núñez, por ejemplo, persona de confianza de Juan Marín, ha pasado de ser su segunda jefa de gabinete a la de Juanma Moreno. Tal es el grado de confianza entre estos dos hombres.
Lo cierto es que sin Juan Marín, sin Bosquet, sin Teresa Pardo y sin Rocío Ruiz, fuera del partido y enfrentada con los anteriores, Ciudadanos ya no cuenta con referentes en Andalucía. De hecho, el partido no tiene dirección en Andalucía, sino que es dirigido por una gestora al mando del malagueño Andrés Reche.
Juan Marín sigue siendo militante de base de los naranjas, pero dejará de serlo en el momento en que sea nombrado por el Consejo de Gobierno. Hay dos cargos pensados para el ex vicepresidente; uno de ellos, el más factible, es el de la gerencia de la empresa pública para del deporte y el turismo. La otra opción es ser el Defensor del Pueblo, pero para eso es necesario un acuerdo entre los partidos del Parlamento, y habría que esperar a la salida de Jesús Maeztu. Curiosamente, Maeztu, que fue aupado al puesto por el PSOE, pudo mantenerse en el cargo, gracias al favor del vicepresidente Juan Marín.
Pero si la situación en Andalucía es mala, no es mejor a nivel nacional. El proyecto de refundación tal como lo concibió Inés Arrimadas está a punto de encallar. Un grupo de críticos, del que forman parte los pocos parlamentarios autonómicos de que dispone el partido, se ha alzado contra un proceso que lleva de modo muy secreto el diputado malagueño Guillermo Díaz. SomosCs, que así se denomina el grupo, presiona para que Arrimadas convoque una asamblea extraordinaria de modo urgente, pero la jerezana se resiste por el momento. Ya son muchos quienes también cuestionan su liderazgo. Sin embargo, incluso esos críticos dudan de la viabilidad de Ciudadanos, el partido se les vas y, si se resiste, es porque las cuentas de la formación aún lo permiten.
Sin Marín, sin Pardo, sin Bosquet y sin Rocío Ruiz, el partido se queda sin referentes
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