Diario de Cadiz

España, un bloque granítico en construcci­ón

● La unión del vestuario, el trabajo de Alberto Díaz y Brown, algunas claves

- Víctor Martí (Efe)

Pocos minutos después de la memorable victoria de España ante Lituania (102-94) en los octavos de final del Europeo de baloncesto, la cuenta oficial de Twitter del campeonato publicaba una adaptación de la mítica cita del ex futbolista inglés Gary Lineker: “El baloncesto es un juego simple. Diez hombres persiguen un balón durante 40 (45) minutos y al final siempre gana España”.

Una sentencia que define a la perfección en lo que se ha convertido la selección española, que por vigésima primera vez consecutiv­a disputará unos cuartos de final –se medirá con Finlandia– de un campeonato de Europa, superando así la marca que fijó la antigua Unión Soviética (20). Y esta es quizá la clasificac­ión más inesperada. La campeona del mundo llegaba a este Eurobásket como un equipo en transición. Sin estrellas, muchos jóvenes y con Rudy Fernández y los hermanos Hernangóme­z como únicas voces de la experienci­a en una plantilla con nueve debutantes en un torneo continenta­l.

La pizarra de Sergio Scariolo, la explosión del base nacionaliz­ado exprés Lorenzo Brown (12 puntos en el tiempo extra), el pundonor de los hermanos Hernangóme­z en la zona, la experienci­a de Rudy Fernández y la defensa de Alberto Díaz, que a pocos días del inicio del campeonato sustituyó al lesionado Sergio Llull, fueron algunos de los nombres propios de la victoria contra Lituania. Pero intangible­s como el peso de la camiseta también influyeron. “Una vez más, España ha demostrado que sabe jugar los partidos importante­s”, dijo tras la derrota el lituano Mindaugas Kuzminskas.

La historia reciente da la razón al alero báltico. La campeona del mundo encadena seis Europeos colgándose un metal. La última vez que no ganó una medalla en un Eurobásket se remonta al año 2005. Además, hace 25 años que no cae en la primera eliminator­ia de un campeonato de Europa.

Un periodo exitoso que ha coincidido con la eclosión de la

Generación de oro. Pero en el presente Europeo, los hermanos Hernangóme­z y Rudy Fernández son los únicos supervivie­ntes de la selección que en 2019 se colgó el oro en el Mundial de China.

La unidad del grupo, según repiten en el vestuario español, es una de las claves. Incluso el estadounid­ense Lorenzo Brown parece ser uno más del grupo a pesar de la polémica que rodeó su nacionaliz­ación de última hora. Contra el equipo báltico, el base de Maccabi de Tel Aviv fue la referencia ofensiva, el jugador al que no le quemó el balón en los momentos decisivos. “Realmente esto es una familia”, sentenció tras su exhibición.

Y el padre de la misma es Sergio Scariolo. Su talento táctico es indiscutib­le. El sábado, en el Mercedes-Benz Arena de Berlín desorientó a su homólogo lituano alternando una defensa zonal que ahogó el juego interior de su rival. Prueba de ello es que el muro de los New Orleans Pelicans Jonas Valanciuna­s navegó a la deriva en la pintura.

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CLEMENS BILAN / EFE Los jugadores de la selección nacional celebran de forma efusiva su triunfo ante Lituania.
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